Opiniones
y Comentarios
Julio Ricardo Blanchet Cruz
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¿Si no puedes con el enemigo? ¡Únete
a ellos!…
Cualquier ejército que se ve superado en capacidad
de fuego, lo mejor que puede hacer es rendirse; los grandes estrategas como Leónidas (540 - 480); Alejandro (356 - 323);
Julio César (100 - 44); Gengis Kan (1162 - 1227); o Rommel (1891 - 1944) que
se enfrentaron y vencieron a ejércitos muy superiores en número;
no se dan todos los días…
Y nuestro secretario de Seguridad y Protección
Ciudadana -sin que eso de Seguridad y Protección sea de broma- Alfonso Durazo dista mucho de serlo;
por no decir que es la antítesis del pensamiento delictivo…
Como también lo es el señor Presidente, quien
se pasa de ingenuo al creer que con amor y paz se puede gobernar una nación;
aunque dicho sea solo de paso, a cierta edad la ingenuidad se conceptúa de otra
manera…
Además, como nadie puede dar lo que no tiene, don Alfonso Durazo no es responsable de
ocupar un cargo al que le podrá poner toda su voluntad para sacarlo adelante;
pero si no le sabe cómo; es tanto como si a un proctólogo le encargan hacer una
endodoncia en una muela del juicio…
Pues aunque ambos extremos son del mismo
aparato digestivo, requieren de especialistas diferentes para uno y para el otro. Lo mismo es en la seguridad, se requiere que
lo dirija un especialista en el combate a la delincuencia…
Y de poco servirá traerlos del extranjero, toda
vez que los delincuentes de otros lados son distintos; como también distintos
son los métodos para combatirlos.
Nuestros delincuentes son diferentes a los demás; aunque el fin de todos
sea el mismo: el dinero…
Válido citar que todas las personas que se
meten a delinquir, la primera vez lo hacen por necesidad. Y si no hay oportunidades de desarrollo; el
resultado lo tenemos a la vista. O se
van al extranjero, o a ver cómo le hacen para subsistir…
Que el primo delincuente siga delinquiendo
obedece a otra Ley de esas no escritas en ningún texto: “El dinero mal habido no rinde” y
por eso vuelven a cometer el ilícito. Y
si hay mujeres metidas en la delincuencia, es porque una madre hace lo que sea,
literalmente lo que sea, para darles de comer a sus hijos…
Armar hasta los dientes a las Fuerzas del
combate, es absurdo; y cuesta muy caro.
No solo en dinero, sino en vidas.
Sin soslayar que la delincuencia tiene recursos suficientes para
adquirir armas modernas, como los misiles…
No se puede omitir que los sicarios se juegan
la vida; pero están muy bien pagados y aseguran a sus familias en caso de caer
o ser detenidos por las Autoridades. Y
nuestros elementos policiaco-militares no; y ese es otro elemento que influye
en la delincuencia…
Pero aún así amables lectores, les tengo una
mala noticia. Ni armando a las fuerzas
del Gobierno con los equipos más modernos; y además pagándoles bien -lo
suficiente como para arriesgar la vida- se va a lograr acabar con los cárteles
y la violencia…
¿Y por qué no? sería la obligada pregunta. Y la respuesta es: porque históricamente nunca
nadie lo ha logrado. Ni el Presidente de
Filipinas, Rodrigo Duterte, que
autorizó a los ciudadanos a matar a cualquier narcotraficante, lo ha conseguido…
Unirse a los delincuentes nos convertiría en un
Narco-Estado; finalmente los hay; pero internacionalmente sería muy censurado y
a la larga desastroso…
Pero abrevando en la Historia, la forma de
acabar con los cárteles de la delincuencia es legalizando las drogas, todas las
drogas, no nada más unas. Y así, de la
noche a la mañana los cárteles dejarían de tener sentido. Ya no habría plazas ni rutas qué disputar…
Cada cártel tendría su propia marca y la
competencia entre ellos sería en el terreno comercial. La producción, el trasiego y el consumo de
cualquier tipo de sustancia, dejarían de ser delitos…
Y lo mejor, los hoy delincuentes se
convertirían en gentes honorables que invertirían sus enormes ganancias en
negocios productivos que generarían empleos.
Eso fue lo que pasó cuando en los EE.UU. legalizaron el alcohol…
Automáticamente se acabaron las mafias; y los otrora
capos se volvieron gente de la alta sociedad.
Joseph Kennedy (1888 - 1969)
el patriarca de la Dinastía, llegó a ser Embajador en el Reino Unido, pero hizo
su dinero con el contrabando alcohol en la época de la prohibición; misma que
duró 11 años. Y aquí ya llevamos más y
no se acaba de entender que el combate está perdido…
Y si a la legalización de todas las drogas la
acompañamos con un sólido Estado de Derecho, donde los Ministros y Magistrados
sean verdaderamente independientes, es decir, sin compromisos, se habrá cerrado
la pinza para combatir eficazmente la delincuencia y de paso la corrupción…
Pero para que esto suceda y sean autónomos, o
sea, sin otro compromiso que no sea con la Justicia y el Pueblo, deberán ser
electos por el voto de los ciudadanos, no designados…
Como verán, amables lectores, la solución no es
tan difícil; pero a pesar de que infortunadamente estamos muy lejos de llevarla
a cabo; más vale que lo hagamos; ya que es evidente que los delincuentes ya le
tomaron la medida al Gobierno; y diga lo que diga el señor Presidente, lo
doblaron…
Y esto puede significar solo el comienzo de lo
que hace XXIII Siglos nos advirtió el ilustre historiador griego Polibio (200 – 118) “Las democracias siempre terminan en violencia y anarquía”. ¿O todavía lo dudan?...
El que la familia de Ovidio Guzmán le haya dado las gracias al señor Presidente porque
no fue torturado durante las cinco horas que estuvo detenido, ya hasta parece
burla.
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.
No sin antes recordarles que los representantes
de Arbit Club, con Mauricio Larios e
Itzel Gutiérrez al frente, son
defraudadores. No se deje engañar por
estos pillos.
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