Opiniones
y Comentarios
Julio
Ricardo Blanchet Cruz
*
“El confesionario del amor”…
A un costo altísimo, hubo retrasos de horarios de
autobuses en las carreteras, debidos a las caravanas de automóviles, camiones,
motocicletas, bicicletas y hasta a pie que, adornados con coronas de flores y
con miles y miles de globos contaminantes, avanzaron por el asfalto,
-debidamente escoltados por patrullas de la policía- para ver a la Patrona de
México…
Como lógica consecuencia, hubo peregrinos atropellados,
miles de cuetes, con otros tantos miles de animales asustados por los
estallidos y aves muertas por lo mismo; pero avanzaron lentamente haciendo
escándalo con el claxon, lo que es, además de molesto, inentendible…
Aunque lo mismo, dentro de este desorden mundial que se
vive; un día de estos, los de la izquierda -lógico- demandan a la Patrona por
el abandono en que tiene a todos aquellos que creen en Ella; porque a ojos
vistas que no vamos bien y caminamos para peor…
Y aunque ciertamente que el mal de muchos es el consuelo
de los tarugos, todavía queda el que no somos los únicos que andamos mal; y que
además todo es culpa del neoliberalismo que practicaron los anteriores
gobiernos…
Y es inentendible, porque nadie con dos neuronas
funcionando, puede pensar que el alboroto lo escuchan en el cielo. Por lo que es tan absurdo como la comida que los
deudos llevan a las tumbas. Y luego me
califican como pesimista al decir que nada va a cambiar. Pero con este pueblo ¿cómo?...
Pero aun suponiendo que la Virgen escuchara el bullicio
¿cómo pueden pensar que a Ella le agrada eso? y que por felicitarla contaminen
el medio ambiente. Además: ¿De qué; o
para qué les sirve hacer todo eso?. Cuántos
se murieron con el Covid-19 y de la Patrona ni sus luces…
¿En verdad no se dan cuenta de que la Virgen es un
negocio? Sin soslayar que el vivir de
engañar a los demás es un delito. Solo hay
que recordar que Guillermo Schulembug (1916
- 2009) quien por décadas fue el último Abad de la Basílica de Guadalupe, al
ser relevado del cargo que lo hizo uno de los hombres más ricos de México,
declaró a los 4 vientos que Juan Diego
no existió y que todo era una farsa…
Y si por ahí alguien dice y asegura que a él la Virgen le
hizo el milagro, ya que se curó por haberle rezado; pues que ni lo
comente. Porque la Virgen sería injusta,
como el Presidente Andrés Manuel,
que a unos protege y a otros no. Y así
no se vale…
Como tampoco se vale que no se den cuenta que los
responsables de la misoginia y sus terribles consecuencias; y específicamente
del machismo iberoamericano, es la religión vaticana…
Que consideran un agravio terrible que un sacerdote le
haga caso y se enrede con alguna de esas pecadoras temperamentales que en los
confesionarios le revelan, a detalle, sus caídas. Y lo hacen por maldosas…
No crean que la “Chabelita”
de la TV está muy alejada de la realidad; y se queda corta con los
libidinosos interrogatorios que los curas hacen para determinar la gravedad del
pecado y así fijar la penitencia…
El caso es que en España, Xavier Novell fue privado de su autoridad como obispo; y todo por
el pequeño detalle de haber contraído matrimonio con una famosa escritora de
nombre Silvia Caballol…
Ya que, acorde al Código de Derecho Canónico, al casarse quedó
inmediatamente cesado de su cargo; y aunque no pierde su estatus de obispo, no puede
celebrar misa, ni confesar a nadie, ni ejercer una actividad magisterial…
No se sabe cuándo, ni cómo es que el santo hombre de Dios
-conocido en su comunidad como conservador y partidario de la independencia de
Cataluña- es que conoció a su hoy cónyuge,
e inició su debacle como sacerdote…
Pero el amable lector se puede dar una ligera idea si
aclaramos que doña Silvia Caballol es
psicóloga y ¡escritora de novelas eróticas! Por lo que previo al enlace, el
obispo le escribió al Papa Francisco diciéndole que ya no contaran con él…
Dicen que la próxima novela de doña Silvia -pero aún no se ha confirmado- hará alusión a que el placer
es el enemigo principal de la razón y se titulará, atendiendo a su experiencia,
“El confesionario del amor”.
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.
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