Opiniones
y Comentarios
Julio
Ricardo Blanchet Cruz
* De
las mafias y los malosos…
A como están las cosas, no sería de dudarse que por ahí saliera algún
científico, investigador, analista o experto con algún diplomado que lo
califica como especialista en objetos a distancia -aparte de la telequinesis
¡claro! porque todo es vibración- o algo parecido…
De esos que, mediante imponentes aparatos detectan estrellas a millones de
años luz y a detalle nos describen cómo son.
Portentosos descubrimientos, sí; pero que no nos han hecho mejores como
seres humanos…
Por cierto, que ya inventaron un aparato que, después de muchos intentos
fallidos y correcciones técnicas, fue capaz de salir de un laberinto. Creo
que hubiera sido más fácil ponerle un arnés a un ratoncito y engancharlo al “descubrimiento”. Habrían salido a la primera…
Dicho con respeto a todos aquellos científicos y laicos que consideran que
los hombres somos superiores al resto de los animales. A los religiosos no los incluyo porque van a
decir algún desatino mayúsculo…
Afirmando que los virus son las armas biológicas de los extraterrestres
que, queriendo colonizar a este hermoso Planeta, lo primero que tienen que
hacer, es deshacerse de los seres humanos.
Porque vistos desde afuera, somos ¡peligrosísimos!...
Y por eso son ellos los que han enviado uno tras otro a los virus. Ora está de moda el Omicrón. Más o menos como que se han de haber
inspirado en las plagas del antiguo Egipto que el Dios de los judíos les envió
para que dejaran libre a su Pueblo Escogido…
Y nos quieren exterminar, porque capaz que aterrizan -vienen del cielo,
como todos los dioses- y lo mismo, aunque vengan en son de paz queriendo
compartir sus conocimientos y abrevar de los nuestros; aquí los recibimos a
balazos, en lugar de abrazos…
Como desde Washington dicen que este Gobierno de la 4T recibe a los narcotraficantes;
y todo porque el señor Presidente López
Obrador se cruzó para saludar de mano a la mamá de “El Chapo”. ¡Exagerados!...
La bella Italia ha sido cuna de grandes mafiosos. Las peregrinaciones que se llevan a cabo en
honor de la Patrona del lugar -siempre hay una Patrona- se detienen ante la
casa del Capo mero-mero ¡e inclinan! a la virgen a la que llevan cargando…
Ha sucedido y sucede, “Aunque Usted, no lo crea”. De tal suerte, que corría el mes de junio del
2014 y la procesión que llevaba a la Virgen María, se detuvo ante la casa de Peppe Mazzagatti, en aquel entonces
Jefe de la Mafia de Calabria, de 82 años y con arraigo domiciliario por
cuestiones de salud. Que había sido
sentenciado por homicidio, extorsión y asociación mafiosa…
El arraigo se había convertido en su bunker, nada le faltaba. Recuerdo que conocí a un cuate que estaba
preso y me invitó a su boda, dentro del penal, por supuesto. Era de los meros papas fritas de ahí y a
leguas se veía próspero…
Ya había cumplido su sentencia, pero sus abogados no hacían ninguna gestión
para que saliera libre; y le pregunté por qué no quería irse. Su respuesta fue. Aquí no me falta nada -hacía fiestas, vino,
mujeres y rock and roll y drogas- su esposa no podía quedarse siempre, según el
reglamento…
Desde aquí manejo todo. Si salgo me
van a perseguir y tengo que andar a salto de mata. Aquí ya nadie me busca. No me pueden hacer nada. Pero regresemos…
Un día alguien filmó la procesión ante la casa del capo y se armó un
escándalo mayúsculo, a tal grado que para el siguiente año cambiaron la ruta de
la Virgen ¡faltaba más- ni modo que cambiaran la residencia de don Peppe- porque la fe, es la fe…
Y qué decir de Vittorio Casamonico, sospechoso
de fraude, extorsión y tráfico de drogas, conocido como “El Rey de Roma”; quien, en
agosto del 2015, al morir de cáncer a los 65 años, fue llevado al cementerio,
pasando antes por la catedral, misa de cuerpo presente y toda la cosa. Como que el principal cartel de toda Italia es
el Vaticano…
En un carruaje de ensueño, hecho ex profeso para las exequias -ya se sabía
que iba a morir- que ni la Reina Isabel
en días de festejo. Tirado por seis
caballos, propio de un emperador; y con la música de El Padrino…
Seguido por una multitud, sin acarreados, que ya quisiera cualquier partido
político tener a su disposición. Además,
escoltado por un helicóptero que aventaban pétalos de rosas durante el trayecto,
que nada tuvo de discreto.
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.
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