De la caída de los imperios y la nueva
Era.
Como
ya se había anticipado en este mismo espacio, la crisis en Ucrania le ha
servido de pretexto a las naciones pro-sionistas para fomentar la guerra fría,
lo que se traduce en incremento a sus presupuestos militares, que redunda en comprarles
a los sátrapas todo tipo de armamento -obsoleto, cabe decirlo, pues ya tienen
tecnología para inutilizar las armas que les venden. Que se maten otros es el deporte favorito de
los fabricantes de armamento, entre ellos, el muy “moral” estado Vaticano-.
Por
lo que el pasado 21 y 22 de Mayo, el general estadounidense Martin Dempsey,
estuvo en Bruselas para convencer a sus “aliados” -a los que espía, cabe
decirlo- para que suspendan la construcción del gasoducto South Stream con el que la Unión Europea garantizaría su
abastecimiento a partir del 2015.
Tal
vez pensando que con ello le harían un gran daño a la economía de Rusia; aunque
el General no puede ignorar que el daño se lo van a hacer a la eurozona, pues el
Kremlin ya tiene vendido sus energéticos a China.
Pero
como resultado de las presiones yanquis, Bulgaria ya suspendió la construcción
del citado gasoducto. Lo sorprendente
del caso es lo suspendieron a pesar de que los perjudicados serán
ellos. Cabe mencionar que
la decisión tuvo el apoyo del presidente de la Comisión Europea, que actuando
así lo hace en contra de los intereses que dice defender.
Porque
en cuanto llegue el Invierno y las temperaturas en muchas partes de Europa
lleguen a 20° bajo cero -como en Ucrania- y no tengan modo de surtirse de gas
por otro lado, y menos al precio al que se los vendía el Kremlin, las protestas
en contra de el fallido proyecto sionista que es la Unión Europea, se van a
escuchar hasta Washington.
Donde
por cierto, la ex secretaria de Estado, Hilary Clinton, que ilusamente quiere lanzarse
como candidata a la presidencia en cuanto termine su nefasto mandato el híbrido
hawaiano, cuando los demócratas no vuelven a ganar ni de broma, se pronunció a
favor de levantar o de cuando menos atemperar el embargo contra Cuba.
Asegurando
que ya no es conveniente para su País el fomentar el tan esperado cambio en la
isla “comunista”. Según se desprende de
algunos extractos de su libro “Hard
Choices” (Decisiones Difíciles) que próximamente se publicará.
Pero la
peligrosa dama declaró en una entrevista del “New York Times”, que “la
mejor manera de llevar el cambio a Cuba es ¡exponer! a su pueblo a los valores,
la información y las comodidades materiales del mundo exterior".
Además
reconoció que fue un error haber votado a favor de la invasión a Irak -ella en
su libro lo llama guerra- puntualizando que "Con
cada carta que he enviado a una familia de Nueva York que perdió a un hijo o
hija, a un padre o madre, mi error se volvía más doloroso". Sin omitir que consideró que Siria “es un
problema malvado”; aunque nunca aclaró de dónde viene la maldad.
Y
por si fuera poco, también habló del “reinicio” de las relaciones entre
Washington y Moscú (¿?) como si ignorara la difícil situación por la que
atraviesa la Casa Blanca ante la mucho mejor diplomacia del Kremlin, que hasta
ahora le viene ganando de todas, todas.
Aunque
por otro lado, incongruente y maléfica como siempre ha sido la señora Clinton,
consideró que debe de haber más sanciones y más enérgicas contra Putin.
En otro orden de ideas. El que también
va de mal en peor es el Vaticano. Y se
cita porque en Noruega, en base a que solo el 2% de sus ciudadanos van a los
templos, y el 72% ni siquiera cree en un dios.
El
Parlamento aprobó una modificación constitucional que da por terminada la
relación Igle$ia-Estado. Por lo que la
Nación es ya secular y sin religión oficial; por lo que la Iglesia dejará de
percibir fondos del Erario y tendrá que financiarse por sus propios medios.
Pertinente
citar que, debido a la ausencia de creyentes, en la mayoría de las naciones
europeas los templos se están convirtiendo en bibliotecas y las visitas del
papa, sea quien sea, ya no entusiasman a nadie.
Que
fue la razón por la cual muy convenientemente el E$píritu $anto hizo que el
colegio cardenalicio votara por un papa americano, donde la idolatría y la
estulticia -que vienen siendo casi lo mismo- todavía, gracias al imposición a
sangre y fuego que llevaron a cabo los genocidas, llamados conquistadores,
sigue imparable, lo que groseramente se traduce en pesos y centavos.
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