EDITORIAL

Como si las calamidades por las que atraviesa México no fueran pocas, pues agobiados por la inseguridad, la delincuencia organizada que ha llegado a una criminalidad espeluznante, la terrible corrupción gubernamental que ha instaurado una dictadura disfrazada de democracia que solapa todos los latrocinios políticos.

Más el caos económico que viven los mexicanos con más de la mitad de sus ciudadanos sumidos en la pobreza y con empleos informales.  Con muy serios problemas de salud, pues las dos terceras partes de los adultos padecen sobe peso; y un igual porcentaje de jóvenes tiene diabetes, lo que vaticina un muy aciago futuro para la nación azteca.  

Con una dependencia alimentaria y energética inentendible para una Nación tan rica en tierras y petróleo, otrora considerada como “El cuerno de la abundancia”.  Con una deuda externa impagable, pues las fianzas públicas son un verdadero desastre y por si todo lo anterior fuera poco, con un gobierno que ha asumido el Poder de una manera fraudulenta y administra en contra de la voluntad del Pueblo.

Solo les faltaba que su ilegal presidente, Peña Nieto, fuera, en el más reciente de sus viajes -pues constantemente anda para arriba y para abajo en compañía de la Primera Dama, una ex actriz que gustaba de exhibirse con poca ropa-.

De paseo por Roma -por cierto, notándose bastante demacrado- y siendo una nación constitucionalmente laica, haya invitado al papa argentino que se hace llamar “Francisco” -otro ególatra demagogo igual que él- para que viste México.

Soslayando que la debacle de la Nación comenzó con la visita del tristemente célebre protector de pederastas, el polaco que se hacía llamar Juan Pablo II.  Allá en tiempos del presidente José López Portillo.

Mucho antes de que el nefasto presidente Carlos Salinas de Gortari le diera el reconocimiento jurídico a las igle$ias y reanudara las relaciones diplomáticas con el Estado Vaticano.

Visita papal que aprovechará el gobierno del citado Peña Nieto para cederle más espacios al nefato clero y otorgarles concesiones para operar medios de comunicación y de nueva cuanta entrometerse en la educación pública.

Como si los constantemente repetidos y escandalosos casos de violaciones a menores no les hubieran dado la vuelta al mundo, exhibiendo a los curas como auténticos peligros para las juventudes.

Pero Peña Nieto tiene que pagarle al Vaticano, el que, contra todo principio, le hayan anulado su boda religiosa a la ex actriz, con el pueril pretexto de que la ceremonia religiosa no se llevó a cabo en un templo, sino en un jardín; y que por eso su dios (¿?) no la reconocía y luego entonces podía contraer matrimonio ¡vestida de blanco! Y con la bendición de dios.  Todo un show escandalosamente vergonzoso.

Y eso sin contar que la situación económico-financiera del País, que como ya se citó, se encuentra en recesión -por no decir que en banca-rota- le va a costar “un ojo de la cara” a los ciudadanos, pues los papas, como los artistas, cobran por sus “presentaciones”.

Desde luego que al tal Bergoglio, como acostumbra hacer el Partido gobernante, le arreglará sus presentaciones con “acarreados”; pues aunque la mayoría de los mexicanos continúan siendo idólatras y sumisos creyentes -o sea, poco pensantes- con los escándalos de pederastia ya muchos han despertado y repudian todo lo que represente a las religiones, pero especialmente la católica que últimamente ha perdido una enorme cantidad de seguidores.

Finalmente se dice que las calamidades siempre llegan juntas; y a cómo están las cosas, es de esperarse que la visita del hipócrita argentino les haga tocar fondo a los mexicanos y comiencen, siguiendo el ejemplo de no pocas naciones, a movilizarse en exigencia de sus derechos.

Opiniones y Comentarios

Julio Ricardo Blanchet Cruz

·        ¿Ton’s quién cierra?…

Cuentan que en alguna ocasión siendo presidente de la república el General Álvaro Obregón, quien era conocido por su astucia, ingenio y sagacidad, cabiendo recordar que nunca fue derrotado en ninguna batalla; lo que dice mucho de su inteligencia… 

Uno de sus allegados, queriendo quedar bien con él; y toda vez que la corrupción estaba desbordada, aunque no tanto como en estos tiempos, le dijo: “Mí General, esto no puede seguir así.  Hay que meter a todos los pillos a la cárcel”…

A lo que el divisionario; conocido como “El manco de Celaya”, pues fue en esa batalla donde perdió el brazo.  Por cierto, que habiendo ganado la batalla, sus soldados se dedicaron a buscar su mano por todo el campo de batalla; y no habiéndola encontrado, rindieron el parte…

”Mi General, con la novedad de que no hallamos su mano por ningún lado”. A lo que el General respondió: “A que diablo de tarugos, avienten una moneda de cincuenta pesos y van a ver cómo luego, luego aparece”…

El caso es que cuando su subalterno le dijo que había que meter a todos los pillos a la cárcel, el ilustre General inquirió: “A todos.  ¿Ton’s quién cierra?”…

Y aunque si bien esa frase no ha perdido actualidad, pues la clase política, con muy honrosísimas excepciones, son una bola de corruptos, en esta ocasión no voy a referirme a los sátrapas, sino al enorme número de enfermos que tenemos…

Y para esto voy a citar una nota que llega de la Gran Bretaña, donde en la ciudad de Norfolk, la policía arrestó a los padres de un adolescente de 15 años, sospechosos de mantener una actitud irresponsable en relación a la salud de su hijo, que pesa más de 105 kilos y mide escasos 154 centímetros…

Las autoridades británicas no habrían intervenido de no haber sido a petición de los médicos y maestros de la escuela especial donde estudia el joven.  Pero a pesar de que el padre del adolescente se defendió esgrimiendo que sigue con atención la salud de su hijo, explicando que el chico sufre de sobrepeso por causas genéticas, la legislación británica califica este tipo de casos como abuso infantil, por lo que estos padres podrían afrontar cargos criminales...  

Cito también, a propósito de la disculpa del padre de que la obesidad de su hijo es por causas genéticas, a un recordado maestro decía que “Si los gordos comieran lo que dicen y los flacos comieran lo que dicen; no habría ni flacos no gordos”…

Y que no poca razón tenía en lo que decía; pues enfermedad o no enfermedad, para subir un kilo de peso, necesario es que previamente sea ingerido…

Porque si por cuestiones genéticas se comieran 200 gramos y se subiera un kilo, los ganaderos y demás individuos que se dedican a la engorda de animales, ya habrían ideado como enfermar a sus animales para obtener mayores ganancias…

De imaginarse qué sucedería si en nuestro México -ya he explicado que el “nuestro” es solo una metáfora- se metieran a la cárcel a todos los padres que tengan hijos con sobre peso…

Es por eso que el epígrafe del presente lo he titulado: ¿Ton’s quién cierra?

Cambiando de tema…    

Las declaraciones del ex sacerdote Alberto Athié, de que el impresentable cardenal Norberto Rivera le ofreció hacerlo obi$po si dejaba por la paz el caso de Marcial Maciel…

No solo me hace recordar cuando la Universidad Veracruzana me corrió de Radio Universidad porque en mi programa hablaba “mal” del despreciable fundador de Los Legionarios de Cri$to…

Sino también a Giovanni di Lorenzo de Médici, conocido como el papa León X, quien fue cardenal ¡a los 13 años de edad!  Por aquellos que piensan que en el Vaticano no hay corrupción, favoritismos y chantajes.

Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.

jrbc@diariolibertad.org.mx