Diario Libertad

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Don Sata

sábado, 14 de junio de 2014

Editorial



Para intentar comprender el verdadero fárrago por el que atraviesa Medio Oriente, hay que partir de la base de que la lucha se circunscribe, como todas, al dinero; disfrazada por la disputa entre las dos facciones del islamismo, los chiítas y los sunitas.
Cuya división viene desde la muerte de Mahoma o Mohammed (575 – 632) pues la sucesión del liderazgo pasó primero a los califas, pero después del asesinato del tercer califa, el liderazgo pasó a Alí -el cuarto califa, que también murió asesinado- primo y yerno de Mahoma que casó con Fátima, la única hija del Profeta; y solo reconocieron como sucesores a su línea directa. Estos son los chiítas.
Y los suníes o sunitas, que son la mayoría, solo reconocían a los califas y pensaban que el sucesor de Mahoma debía ser un hombre estudioso, justo y bueno.  A esta secta pertenecía Saddam Hussein.  Quien justo es decir, mantuvo en paz a las dos facciones y de paso a los kurdos; y si se le achaca que murió mucha gente, más murieron con la invasión; y más continúan muriendo.
Los chiítas tienen un líder supremo, el Ashatollah, o Ayatola, también llamado Imán, cuyas jactanciosas decisiones son de obligado cumplimiento; y los sunitas tienen diferentes teólogos que emiten edictos u opiniones.
Pues bien. El primer ministro iraquí, Nouri al Maliki, chiíta, cometió el error de no incorporar a los sunitas en su gobierno, y de ahí se deriva el actual conflicto que ya ha cobrado cientos de muertos y miles de heridos.  O sea, dinero y poder. 
Razón por la que solicitó a los EEUU su apoyo para que ordene bombardeos aéreos contra los yihadistas del Emirato Islámico en Irak y el Levante (EIIL) para detener el espectacular avance de ese grupo armado, pues ya han tomado las principales ciudades del País.
Cabe mencionar que este grupo armado de filiación suní, formado en Abril del año pasado con elementos de varias nacionalidades, incluyendo europeos y americanos, es una fusión del Estado Islámico de Irak, vinculado a Al Qaeda, y un grupo yihadista rebelde de Siria -el Frente Al Nusra-.
Y que el verdadero jefe de este grupo extremista es el príncipe saudita Abdul Rahman al-Faisal, hermano del ministro de Relaciones Exteriores y embajador en Washington; y que el grupo fue calificado por el impresentable secretario de Estado, John Kerry, como “El actor más peligroso de la región”.
Sin soslayar que el hijo del rey Faisal de Arabia Saudita, decidió enviar a sus yihadistas contra Bagdad, para apuntalar la posición de Riad ante Teherán con vista a las negociaciones (¿?) entre las dos naciones.
Oportuno mencionar que el EIIL -Emirato Islámico en Irak y el Levante- participó en la guerra civil siria luchando junto con los contrarios a Bashar el-Assad.; y que incluso Al Qaeda desafió a Irán por su apoyo a Siria y atacó su embajada en Beirut, Líbano.     
Por lo que resulta evidente que la ofensiva del EIIL fue preparada en coordinación con Washington para perjudicar los intereses de Irán en Irak.  Aunque todo indica que los yihadistas se han hecho repentinamente indetenibles gracias al armamento fabricado en Ucrania –y comprado por Arabia Saudita- que recibieron el pasado Mayo a través de Turquía y con ayuda del gobierno del impresentable sátrapa Recep Tayyip Erdogan.
Pero ya han sobrepasado con creces los objetivos de su misión y actualmente se hallan fuera de control.  Que viene siendo más o menos lo mismo que pasó en Egipto, cuando los EEUU apoyaron el derrocamiento de su ex socio Hosni Mubarak; y después los Hermanos musulmanes se les salieron de control.
Y aunque Nouri al Maliki reclama la intervención de la Casa Blanca -lo que es verdaderamente kafkiano, sobre todo después de la invasión y el saqueo- tanto Obama como Kerry, siempre siguiendo la norma de que se maten entre ellos, han reiterado que no enviarán tropas, aunque sí equipamiento militar. 
Lo peor del caso, es que, además, la ofensiva del EIIL se ha visto favorecida por la deserción de al menos 150 000 soldados iraquíes, lo cual ha dejado la región de Nínive en manos de los yihadistas y se esperan más civiles refugiados y mayores matanzas.
Oportuno mencionar, que en Siria, los yihadistas, suníes, fueron duramente derrotados por los terribles guerreros del Ejército de Hezbollah, chiítas, originalmente entrenados por la Guardia Revolucionaria de Irán y con base en Líbano.
Pero por si lo anterior no fuera poco,  el gobierno de Turquía, que ahora se considera traicionado por el EIIL, pues tiene secuestrados a varios de sus ciudadanos, ha presentado el caso ante la OTAN y al Consejo de Seguridad de la ONU.
Como en un principio se cita, es todo un inentendible galimatías de podredumbre diplomática; aunque en el fondo todo se reduce a pesos y centavos. 

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