Diario Libertad

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Don Sata

sábado, 11 de abril de 2020


Opiniones y Comentarios
Julio Ricardo Blanchet Cruz
·                   Historia del dar la mano…

En los principios de la humanidad, cuando alguien quería algo de los dioses, les hacía una ofrenda, un sacrificio; y lo mismo quemaban las mejores muestras de sus cosechas, que le sacaban el corazón al prójimo para ofrendárselo…

Si el humo se iba hacia arriba, es que el sacrificio le había agradado a su dios; pero si soplaba un viento, la cosa se volvía preocupante.  No le había agradado y algo malo iba a llegar…

Como la experiencia dicta que sus Dioses nunca les hacían caso, pues en su infinita sabiduría sabían de que algo se traían entre manos y mejor no les concedía nada de lo que querían, por eso en la actualidad, cuando alguien le pide algo a los Dioses, ya no se compromete a nada; a menos que le cumplan…

Ejemplo: Si hacen que mi abuelita se muera y me deje parte de la herencia; yo me rapo a coco.  Como Dios no se mete en esas componendas, no le hace caso; pero el ambicioso nieto ve el silencio como una “señal” y como por ahí dicen que a Dios rogando y con el mazo dando, pues se escabecha a la abuelita.  Y no es cuento, la gente está muy loca; y no desde ahora…

Hace miles de años -5,500 o más- en el Antiguo Egipto, cuando los hombres hacían un pacto con los dioses o con un solo Dios, pues en tiempos de Akenatón (1,300 años antes de esta Era) -creían en un solo Dios eran monoteístas- debían sellarlo estrechando la mano de la estatua que los representaba.  De ahí la costumbre de dar la mano…

Aunque en el Medievo se decía que estiraban la mano en señal de que no tenían intenciones de desenvainar la espada.  Podría decirse que era una señal de amistad y confianza…

Pues esa costumbre casi universal de estrechar la mano, no solo ya no es permitido según los cánones sanitarios; sino que según el “principal” infectólogo de la Unión Americana, doctor Anthony Fauci, Director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, declaró que nunca debe de volver a darse la mano; porque el asunto del coronavirus va pa largo… 

Lo que contradice a Trump, quien recién declaró que la pandemia está llegando a su cúspide.  Pero sabido es que sus conferencias diarias es más para tener presencia ahora que están en tempos de campaña, que para informar debidamente, pues dice y se desdice con la misma…

Los que también andan desatados con tal de seguir teniendo presencia en estos tiempos de recogimiento propios de la semana mayor, son los creyentes en Cristo y su martirio, es decir, los curas…

Y lo mismo el Papa argentino se aventó una misa completa sin auditorio; y aunque se transmitió por la Internet, en la Plaza de San Pedro no había un alma…

Que otros también con buenos contactos, como el Arzobispo de Panamá, José Domingo Ulloa, quien se montó en un helicóptero.  Y llevando en ristre al santísimo, se pasearon por la Ciudad echándoles bendiciones a todos…

En México, al representación de la pasión de Cristo, que desde 1843 se lleva a cabo año con año a las faldas del Cerro de La Estrella en Iztapalapa, cuando la población, agradecida con Cristo por haberlos escuchado y terminar con la epidemia de cólera que mató a la mitad de la población, prometieron continuar con la representación cada viernes de semana santa…

Pero el más ingenioso de todos fue Víctor Manuel Jiménez, un sacerdote de Costa Rica que celebró la misa con las fotos de los feligreses sobre las bancas; claro que a la hora de repartir la hostia se saltaron ese capítulo.  Pero para poder poner la foto había que dejar previamente la limosna…      

El que tampoco le hace caso a las recomendaciones sanitarias, es el impresentable Presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, quien salió a las calles sin cubre boca, entró en un establecimiento se comió un bocadillo y se retiró con sus muchos acompañantes, que tampoco traían el cubre boca…

No sin que antes se dejara fotografiar junto a todos aquellos que querían guardar un recuerdo de haber estado con el Presidente y haberle estrechado la mano.

Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.

·                                  



1 comentario:

  1. Como siempre que sucede algo que escapa de control de los seres humanos, se recurre a las divinidades como un recurso desesperado por si en verdad existen. Sin embargo sólo la naturaleza y la ciencia pueden hacer algo a través de las circunstancias y la investigación. Sigamos confiando en que se encontrará una vacuna en tiempo y forma y sobre todo que la naturaleza se equilibra.

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