Diario Libertad

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Don Sata

martes, 7 de abril de 2020


Opiniones y Comentarios
Julio Ricardo Blanchet Cruz
·                   La vida también juega…

Incapaz de chutarme en vivo el esperado informe del Presidente -finalmente lo repiten y con calma se pueden tomar notas y hacer reflexiones- el día de ayer, los periodistas y los analistas más connotados; para decirlo pronto: ¡se lo acabaron!…

La diferencia entre la necedad y la constancia, es sin duda el resultado de la misma.  Si no se logra el objetivo, entonces se fracasa y a quien insistió se le considera como un necio. Pero si se triunfa se le califica como perseverante…

Y en el caso de las decisiones tomadas por el Presidente con relación a la crisis que aún no ha pasado, pues todavía no se ha dicho la última palabra.  Si bien es cierto que los pronósticos no son nada favorables para la inmensa mayoría de los mexicanos, no se puede soslayar que “La Vida también juega”…

Y la mejor prueba de que es cierto, que “La Vida también juega”, es precisamente lo que está pasando con la pandemia que nadie esperaba.  Excepto Bill Gates, quien hace como tres años advirtió de una pandemia como ésta -sospechosa predicción que merece un análisis aparte-…

Y no me refiero a la proliferación del bicho entre personas -contagiados y fallecidos- sino al escándalo mediático que sospechosamente ha provocado este pánico…

Decir que no es para tanto ¿con tanto muerto?  Pues sí, comparativamente a la cantidad de personas que en el mismo lapso de tiempo han muerto por otras causas, no es para la batahola que han armado…

Dentro de su consciencia o inconciencia, como se prefiera, pero el Presidente ha de sentirse como Atlas, el Titán hijo de La Tierra y Urano; que al encabezar la guerra contra los Dioses del Monte Olimpo, fue condenado por el padre de ellos, Zeus, a cargar el cielo sobre sus espaldas…

En la Mitología griega, los Titanes eran los gigantes primogénitos de Cronos, padre de Zeus, quien lucho contra él en una terrible guerra para ganar el control del mundo al que hizo temblar durante 10 años.  Como verá el amable lector, no es nada nuevo…

Pues así, como Atlas, se ha de sentir López Obrador, quien en su fuero interno debe saber que se está jugando el todo por el todo y va solo contra el mundo.  No obstante, en cierto modo, hay que reconocerlo, es encomiable que, equivocado o no, tenga convicciones tan firmes…

Por el bien de todos los mexicanos y de él mismo, es deseable que la pandemia del pánico con el que tratan de ocultar la recesión mundial por los malos manejos de los dineros, sea siquiera leve…

Aunque todo indica que no lo será.  Y no es mala onda.  El hecho es que nadie puede cosechar lo que no ha sembrad. Y no se puede excluir de la ecuación el que México sea una nación de enfermos, que son los más susceptibles al contagio…

Aunque he llegado a pensar que el coronavirus, como muchos otros bichos, todos o casi todos los tenemos dentro; solo que en unos por el pánico se desarrollan y causan la enfermedad; y a otros no. 

Por otro lado, mientras el día de ayer los empresarios calificaban el Informe del Presidente Andrés Manuel como más de lo mismo, y le enderezaron su más fina artillería, hoy acudieron presurosos a Palacio Nacional para departir con el austero tabasqueño, la sal y los tamales de chipilín…

Que dicen se están convirtiendo en la especialidad de la casa; porque todavía no se sabe de alguien que los haya degustado y haya salido de Palacio con otra cosa que no sea la panza bien llena.  Pero nada más…

Y no es que sea una dictadura.  No, nada de eso.  Lo que pasa es que ahí las cosas se hacen de una sola manera.  Habrá que estar pendientes de lo que los empresarios declaren a la salida.  Espero que esté a tiempo para enviar el presente y ya de salida pueda comentar algo con Ustedes…

Ya de salida…

Tanto esperar; y todo para que después de una reunión de más, menos tres horas con el Presidente López Obrador y en Palacio, el Presidente del Consejo Mexicano de Negocios, el banquero Antonio del Valle, a su salida del importante encuentro, que el día anterior se había vuelto ríspido por parte de los Industriales…

La magia del tamal de chipilín se hizo presente, y el honorable banquero declaró sin ambages: “Muy buena reunión.  Muy buen diálogo”.

Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.    

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