Diario Libertad

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Don Sata

domingo, 12 de abril de 2020


Opiniones y Comentarios
Julio Ricardo Blanchet Cruz
·                   ¿Hasta dónde?…

Ahora salen con que en Alemania un trabajador se contagió del coronavirus por solo tomar un salero; y que no volveremos nunca a darnos la mano porque la sana distancia debe de ser de cuatro metros…

Sin omitir que las pérdidas son incalculables y que nadie sabe a ciencia cierta cuándo es que las naciones van a abrir de nueva cuenta sus fronteras.  Nunca nada ni nadie había paralizado al mundo entero…

El daño ciertamente que ya está hecho, pero ¿hasta dónde quieren llevarnos con esta locura?  ¿Que hay muertos? Sí claro, por eso son epidemias; si no hubiera muertos no serían epidemias.  No hay epidemias de salud…

En todas las epidemias hay muertos; siempre los ha habido y de acuerdo al número de muertos que ocasionan son catalogadas en su gravedad.  La Peste, el Cólera, el Sarampión, el Tifo, fueron con mucho más mortales pero no paralizaron al mundo…

La globalización convirtió al mundo en un engranaje como de relojería -de relojería antigua, por supuesto; ahora le cambian el motor y asunto concluido- donde si uno de los engranes falla, por pequeño que sea, detiene toda la maquinaria…

Al perder su autosuficiencia alimentaria y energética, las naciones perdieron su libertad y se convirtieron en peones de un tablero de ajedrez.  Y lo peor es que bien a bien ya no saben cómo regresar a la autosuficiencia; que en el caso de México, no es tan difícil, está en el campo…    

Dice el Presidente Trump que reabrir las fronteras será la decisión más difícil de toda sus vida -quería hacerlo para el día 19- pues bien sabe que se estará jugando no solo su reelección o su carrera política, sino su paso a la Historia…

Si reabre las fronteras demasiado pronto y la gente continúa muriendo, lo tildarán de anteponer los intereses comerciales a la vida de las personas; y si se tarda demasiado, los comerciantes y la planta productiva se lo echarán en cara…

Por mi parte, amables lectores, debo de reconocer que ya estoy intoxicado y al mismo tiempo sorprendido con todo esto.  He llegado al límite de mi tolerancia.  Y en el entendido, de que si la tolerancia tolera la intolerancia, corre el peligro de ser destruida por ésta.  Y si no la tolera pierde su esencia y se destruye a sí misma…

Reconozco que estoy intoxicado de todo lo que se dice del coronavirus.  De los comentaristas, de los analistas, de los expertos y de los medios de comunicación.  Todos eruditos que no hablan de otra cosa que no sea del malmirado bicho que, dicho sea solo de paso, matará a menos personas que el pánico y la pandemia no contagiosa, la diabetes…

Y que estoy sorprendido, por la facilidad con que la gente y los gobiernos se dejan llevar por el pánico que, orquestado o no, va a provocar más muertes que el virus y terminará destrozando la economía de no pocas naciones…

Después de que pase la tormenta, pues todas las tormentas pasan; aunque en veces las huellas que dejan son terribles, deberán de cambiar muchas cosas.  Ya que de seguir igual, los que sobrevivan estarán condenados a volver a vivir otra globalización en la que lo más importante es el dinero, no el individuo…

Y el grave peligro de que eso suceda, es aceptar los préstamos del BM y del FMI que, sabiendo que serán impagables, prestan el dinero y luego lo reajustan con más intereses que tampoco podrán pagar; y ahí es donde arreglan que con el préstamo sus transnacionales hagan carreteras, desarrollos turísticos y comerciales, pero el dinero nunca llega a los Pueblos…

En un mundo de locos donde Google y Apel trabajan en aplicaciones para celulares que detecten al virus.  Ya me imagino la bola de neuróticos con su teléfono por delante para que nadie se le acerque antes de conocer su estado de salud…

Donde el pánico, que como ya hemos citado, es altamente contagioso, ha hecho presa de los ciudadanos como en los Países Bajos, donde han derribado torres de telefonía, luego de que en el Reino Unido arrasaran con más de una docena de ellas por considerar que la Red G5 china, es la responsable con sus altas frecuencias de ser el origen de bicho…

Y Alberto Fernández, el presidente de Argentina, extendió el plazo de la cuarentena; que es lo que hicieron en China y que muchos más países lo seguirán haciendo.  Por lo que uno se pregunta ¿hasta dónde quieren llevarnos?...

Digo; en el hipotético caso de que nos quieran llevar.  No vaya siendo que lo que pretenden es dejarnos, por no decir que deshacerse de nosotros.  Pero la pregunta vale: ¿habrán sopesado bien las consecuencias?...

Porque por primera vez, dato inédito, todos los Estados de la Unión Americana están bajo declaración de desastre.

Ya de salida…

En una de esas raras coincidencias, 19 volcanes hicieron erupción entre la noche del viernes y la madrugada del sábado.  Entre ellos, el más famoso de todos, Krakatoa, que se encuentra en el mar de Indonesia entre las islas de Java y Sumatra…

Cuya primera erupción fue fechada en el año 416; y según relatos sacudió al mundo.  Pero la más documentada fue en 1883 cuando hizo explosión con una magnitud 10,000 veces más intensa que la bomba de Hiroshima, cobrando la vida de decenas de miles de personas que habitaban en las islas vecinas…

Y que murieron víctimas del tsunami que provocó el hundimiento del cono del Volcán que generó olas de 30 metros; y que al volar en pedazos habiendo tenido una altura de unos 2,000 metros quedó completamente bajo las aguas.

Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.





2 comentarios:

  1. En efecto estamos siendo bombardeados por los medios de comunicación masiva, ahora con mayor intensidad por Facebook y youtube. Y mención aparte por los gobiernos que están en el dilema entre salvar vidas o la economía. Este virus será el parteaguas del futuro que por cierto se contempla incierto.

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  2. Es irónico que la tierra mejore en tanto por fuerza límite o cambie a la humanidad en su conjunto.

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