Opiniones y Comentarios
Julio Ricardo Blanchet Cruz
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¿Hasta
dónde?…
Ahora salen con que en Alemania
un trabajador se contagió del coronavirus por solo tomar un salero; y que no
volveremos nunca a darnos la mano porque la sana distancia debe de ser de
cuatro metros…
Sin omitir que las pérdidas son
incalculables y que nadie sabe a ciencia cierta cuándo es que las naciones van
a abrir de nueva cuenta sus fronteras.
Nunca nada ni nadie había paralizado al mundo entero…
El daño ciertamente que ya está
hecho, pero ¿hasta dónde quieren llevarnos con esta locura? ¿Que hay muertos? Sí claro, por eso son
epidemias; si no hubiera muertos no serían epidemias. No hay epidemias de salud…
En todas las epidemias hay
muertos; siempre los ha habido y de acuerdo al número de muertos que ocasionan
son catalogadas en su gravedad. La
Peste, el Cólera, el Sarampión, el Tifo, fueron con mucho más mortales pero no
paralizaron al mundo…
La globalización convirtió al
mundo en un engranaje como de relojería -de relojería antigua, por supuesto;
ahora le cambian el motor y asunto concluido- donde si uno de los engranes falla,
por pequeño que sea, detiene toda la maquinaria…
Al perder su autosuficiencia
alimentaria y energética, las naciones perdieron su libertad y se convirtieron
en peones de un tablero de ajedrez. Y lo
peor es que bien a bien ya no saben cómo regresar a la autosuficiencia; que en
el caso de México, no es tan difícil, está en el campo…
Dice el Presidente Trump que reabrir las fronteras será la
decisión más difícil de toda sus vida -quería hacerlo para el día 19- pues bien
sabe que se estará jugando no solo su reelección o su carrera política, sino su
paso a la Historia…
Si reabre las fronteras demasiado
pronto y la gente continúa muriendo, lo tildarán de anteponer los intereses
comerciales a la vida de las personas; y si se tarda demasiado, los
comerciantes y la planta productiva se lo echarán en cara…
Por mi parte, amables lectores,
debo de reconocer que ya estoy intoxicado y al mismo tiempo sorprendido con
todo esto. He llegado al límite de mi
tolerancia. Y en el entendido, de que si
la tolerancia tolera la intolerancia, corre el peligro de ser destruida por
ésta. Y si no la tolera pierde su
esencia y se destruye a sí misma…
Reconozco que estoy intoxicado de
todo lo que se dice del coronavirus. De
los comentaristas, de los analistas, de los expertos y de los medios de
comunicación. Todos eruditos que no
hablan de otra cosa que no sea del malmirado bicho que, dicho sea solo de paso,
matará a menos personas que el pánico y la pandemia no contagiosa, la diabetes…
Y que estoy sorprendido, por la
facilidad con que la gente y los gobiernos se dejan llevar por el pánico que,
orquestado o no, va a provocar más muertes que el virus y terminará destrozando
la economía de no pocas naciones…
Después de que pase la tormenta,
pues todas las tormentas pasan; aunque en veces las huellas que dejan son terribles,
deberán de cambiar muchas cosas. Ya que
de seguir igual, los que sobrevivan estarán condenados a volver a vivir otra
globalización en la que lo más importante es el dinero, no el individuo…
Y el grave peligro de que eso
suceda, es aceptar los préstamos del BM y del FMI que, sabiendo que serán
impagables, prestan el dinero y luego lo reajustan con más intereses que
tampoco podrán pagar; y ahí es donde arreglan que con el préstamo sus
transnacionales hagan carreteras, desarrollos turísticos y comerciales, pero el
dinero nunca llega a los Pueblos…
En un mundo de locos donde Google
y Apel trabajan en aplicaciones para celulares que detecten al virus. Ya me imagino la bola de neuróticos con su teléfono
por delante para que nadie se le acerque antes de conocer su estado de salud…
Donde el pánico, que como ya
hemos citado, es altamente contagioso, ha hecho presa de los ciudadanos como en
los Países Bajos, donde han derribado torres de telefonía, luego de que en el
Reino Unido arrasaran con más de una docena de ellas por considerar que la Red
G5 china, es la responsable con sus altas frecuencias de ser el origen de bicho…
Y Alberto Fernández, el presidente de Argentina, extendió el plazo de
la cuarentena; que es lo que hicieron en China y que muchos más países lo
seguirán haciendo. Por lo que uno se
pregunta ¿hasta dónde quieren llevarnos?...
Digo; en el hipotético caso de
que nos quieran llevar. No vaya siendo
que lo que pretenden es dejarnos, por no decir que deshacerse de nosotros. Pero la pregunta vale: ¿habrán sopesado bien
las consecuencias?...
Porque por primera vez, dato
inédito, todos los Estados de la Unión Americana están bajo declaración de
desastre.
Ya de salida…
En una de esas raras
coincidencias, 19 volcanes hicieron erupción entre la noche del viernes y la
madrugada del sábado. Entre ellos, el
más famoso de todos, Krakatoa, que se encuentra en el mar de Indonesia entre
las islas de Java y Sumatra…
Cuya primera erupción fue fechada
en el año 416; y según relatos sacudió al mundo. Pero la más documentada fue en 1883 cuando hizo
explosión con una magnitud 10,000 veces más intensa que la bomba de Hiroshima, cobrando
la vida de decenas de miles de personas que habitaban en las islas vecinas…
Y que murieron víctimas del
tsunami que provocó el hundimiento del cono del Volcán que generó olas de 30
metros; y que al volar en pedazos habiendo tenido una altura de unos 2,000
metros quedó completamente bajo las aguas.
Y nos vemos mañana, si el Sol me
presta vida.
En efecto estamos siendo bombardeados por los medios de comunicación masiva, ahora con mayor intensidad por Facebook y youtube. Y mención aparte por los gobiernos que están en el dilema entre salvar vidas o la economía. Este virus será el parteaguas del futuro que por cierto se contempla incierto.
ResponderBorrarEs irónico que la tierra mejore en tanto por fuerza límite o cambie a la humanidad en su conjunto.
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