Aunque
Serhiy Sobolev, el
presidente de una fracción parlamentaria que es parte de la coalición de
gobierno golpista de Ucrania, aseguró que el convoy de blindados que entró a
Lovyansk ondeando la bandera rusa eran de hecho soldados ucranianos infiltrados realizando una operación encubierta.
Las declaraciones de los propios
soldados lo desmintieron; pues indicaron pertenecer a la 25ta brigada de la
fuerza aérea al ejército ucraniano y que desertaron para unirse al bando
prorruso.
Lo que prácticamente termina con
las esperanzas de los golpistas de retomar el control del mayoritariamente
rusoparlante Oriente de Ucrania, bastión del derrocado presidente Viktor
Yanukóvich.
Ante
tal situación, la injerencista canciller alemana Ángela Merkel, llamó al
Presidente ruso para hablar sobre la situación en
Ucrania y los preparativos para las pláticas diplomáticas que deberán llevarse
a cabo hoy en la ya poco neutral Suiza; señalando a los medios que ella y
Vladimir Putin tenían “valoraciones diferentes” respecto a lo que sucede en
Ucrania.
En otras latitudes. Sin poder negar que los niños tienen plenos derechos;
el que sean ellos mismos los que puedan presentar una denuncia por violencia,
explotación, abuso, pornografía, y trata, entre otros, como ya lo establece el
Protocolo de la Convención de los Derechos del Niño de la ONU que recientemente
entró en vigor, es un tanto cuánto desconcertante y puede llegar a ser un arma
de dos filos.
No solo porque se
puede caer en lo que han llegado los niños y adolecentes de países como los
EEUU, donde los hijos tranquilamente amenazan a sus padres -y maestros, que
tampoco se escapan- con denunciarlos a la policía por maltrato; cuando en veces
es necesario aplicar un correctivo, que no necesariamente tiene que implicar
violencia física.
Pero el asunto va
más allá; pues en la mayor parte de los casos los menores dependen de los
adultos para su manutención, salud, educación y desarrollo; y el que los padres
sean de alguna manera denunciados y sancionados por las autoridades, puede
desembocar en que las cosas cambien con respecto al amor y la atención que se
les brinda; que sin caer en la esfera del delito, si que puede afectarlos
grandemente.
Sobre todo en una
sociedad deshumanizada como la que vivimos, en donde la inmensa mayoría de los
hijos no son deseados, en el mejor de los casos aceptados; que ciertamente no
es lo mismo. Pues no se desarrolla igual
un hijo deseado que uno que simplemente es aceptado.
Y se cita a
México, porque las autoridades de ese país -que se ha significado por la
explotación laboral de los menores- A
pesar de que desde hace dos años recibió la recomendación del Consejo de los
Derechos Humanos para que lo suscribiera; aduciendo que “aún se encuentran analizándolo
para saber si existen las condiciones o no para ratificarlo”, no han
firmado el respectivo protocolo.
Vergonzante hecho
que fue dado a conocer por Javier Hernández Valencia, representante de la
Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos
(OACNUDH)
Pero lamentablemente
no ha sido el único País que no lo ha firmado, como lo declaró Sara Oviedo
Fierro, vicepresidenta del Comité de los Derechos del Niño de la ONU, quien
manifestó que muchos países no lo han ratificado, sobre todo de América Latina,
“porque
tienen temor de que se les exija que cumplan y acaten los derechos de los niños
y adolescentes”.
En otro orden de ideas.
Independientemente
de que el Estado de Derecho implica el que las Leyes y la Justicia sean igual
para todos; como una muestra de la basura de mundo que estamos viviendo a manos
de supuestos mandatarios, que finalmente son intocables mandantes a los que no
se les puede contravenir ni mucho menos tocar ni con el pétalo de una rosa.
Se cita el caso de Allison
Michelle Ernst, residente de Las Vegas que fue detenida por la policía a
principios de semana, después de que fiscales federales de su lugar de
residencia presentaran cargos en su contra por haber tenido el atrevimiento de
lanzarle un zapato a la impresentable Hilary Clinton, y que sin haberle
atinado, puede enfrentar hasta dos años de cárcel. ¿Qué le hubiera pasado si acierta? tal vez la
condenarían a cadena perpetua.
El hecho sucedió cuando la demócrata que aspira a ser candidata de
su Partido a la Presidencia, se preparaba para dar una conferencia en el
Instituto de Industrias del Desecho Sólido y Reciclado en el hotel Mandalay
Bay.
La esposa del ex presidente Bill Clinton esquivó el proyectil y
bromeó: “¿Me aventaron algo? ¿Esto es parte del Circo del Sol? Dios, no sabía que los desechos sólidos
fueran algo tan controversial. Menos mal
que ella no juega softbol como yo”.
Y
aunque actualmente Allison Michelle se encuentra en libertad, el próximo 24 de
junio comenzará el juicio en una corte de Las Vegas y todo indica que no le va a
ir nada bien.
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