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¡Ah! cómo
les encanta perder el tiempo…
Tal vez tratando de justificar los altos
emolumentos que reciben por hacer su trabajo, “expertos” nacionales e internacionales expresaron gran
preocupación por las disposiciones para el etiquetado en alimentos y bebidas no
alcohólicas publicadas en el Diario Oficial de la Federación…
Pues consideraron que las instrucciones en el etiquetado
frontal, en nada ayudarán a combatir obesidad y la epidemia de diabetes que ya padece
el 70 % de los ciudadanos; y sin embargo sí pueden agudizar estos problemas de
salud pública…
En una carta enviada al Ilegal -que deben de
haberle leído, pues de otra manera no la hubiera entendido; aunque lo mismo y
tampoco- 35 expertos en nutrición manifestaron estar profundamente preocupados
por la opción adoptada del etiquetado frontal obligatorio que su gobierno
implantará próximamente…
Pues encima de que es un etiquetado difícil de entender,
tiene criterios que contravienen las recomendaciones internacionales y
representan un alto riesgo para la salud de los ciudadanos.
Explicaron que con esta propuesta la Comisión
Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) induce a creer
a los consumidores que una ingesta diaria de 360 kilocalorías -90 gramos,
equivalentes a 18 cucharadas cafeteras de azúcar- es la ingesta diaria
recomendada, y en vez de ayudar a combatir el problema, puede contribuir a
agudizarlo…
Argumentando en su escrito, que desde 2003 la
Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un máximo tolerable de
consumo diario de azúcar añadido de 200 kilocalorías, y recientemente ha
propuesto disminuir este máximo tolerable de azúcar añadido a 100 kilocalorías,
es decir, a solo cinco cucharadas cafeteras…
“Nos sorprende esta propuesta, agrega
la misiva, pues es inapropiada para un
etiquetado frontal que suma los azúcares añadidos (añadidos por la industria
y/o en restaurantes y hogares) con los azúcares naturales (presentes en forma
natural en frutas, verduras y lácteos) ocultando la información a los
consumidores sobre los azúcares añadidos, que son los más dañinos a la salud…
Advirtiendo, de paso, que esta práctica contradice
el objetivo de la OMS que busca reducir el consumo de azúcares añadidos en los
hábitos alimenticios con el fin de prevenir los riesgos de las enfermedades no
transmisibles…
Además, añade, la propuesta de etiquetado también
contradice los criterios expresados en la Estrategia Nacional para la
Prevención y el Control del Sobrepeso, Obesidad y Diabetes de México, que el
gobierno del Iletrado anunció el año pasado…
Pero eso no fue todo, asimismo advirtieron que con
este nuevo etiquetado frontal de “advertencia”, aumenta el riesgo de obesidad y
diabetes; y más parece enfocado a anular el impuesto a las bebidas azucaradas…
El documento que fue firmado, entre otros, por Kate
Allen, de la Fundación Internacional de Investigación de Cáncer; Peter Baldini,
de la Fundación Mundial Lung; Benjamín Caballero, de la Universidad Johns
Hopkins; y Geoffrey Cannon, de la Escuela Pública de Salud de la Universidad de
Sao Paulo, termina diciendo que el etiquetado debe alertar del riesgo de
consumir azucares añadidos y no promover su consumo.
Pero si en el epígrafe se dice que les encanta
hacerse tarugos solos, o sea, perder el tiempo, es porque etiquetado o no, es
lo mismo. El advertir de riesgos contra
la salud de nada sirve; como no ha servido para nada el que en las cajetillas
de cigarros se advierta del peligro de padecer cáncer que tienen los fumadores…
El gobierno debería, primero.- Lo menos, prohibir
su venta y consumo dentro y fuera de todos los planteles educativos; y lo mismo
debiera hacerse en los hospitales y centros de salud…
Pues es a todas luces incongruente que el sistema
de salud prohíba su consumo y esta chatarra se venda hasta dentro de los
nosocomios. Por no citar que a la salida
de los hospitales y clínicas las personas se van prácticamente tropezando con
ese tipo de comida tan dañina…
Segundo.- No solo prohibir la publicidad de
cualquier tipo de esos productos, sino también llevar a cabo una campaña de
concientización a nivel nacional y permanente, tendiente a educar -reeducar- a
la población en sus hábitos alimenticios…
Y tercero.- Llevar a cabo una reforma sanitaria
para que quien se enferme por negligencia, o por su gusto, como los diabéticos,
los obesos, los cancerosos por fumar, o los sidosos, la atención médica no sea
por cuenta del Estado, sino pagada por ellos mismos…
Pues imbuidos en un mundo en el que el dinero es lo
único que cuenta, mientras la atención y los medicamentos no les cuenten a
ellos, difícil será que se les pueda concientizar de que la salud es
primeramente una responsabilidad propia…
Para
terminar…
Me llegó
un correo que me permito textualmente compartir con mis tres amables lectores,
pues lo considero muy acertado: “Algo está mal en México, cuando un
ignorante que no ha leído ni tres libros, le rinde homenaje a un escritor”.
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.
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