En un mundo
hipócritamente democrático en el que lo común es que los mandatarios (¿?)
utilicen a las “fuerzas del orden” en contra de los ciudadanos que piden algo,
o por alguna razón se manifiestan inconformes con las políticas gubernamentales
-se podría llenar gruesos volúmenes con los ejemplos-.
Lo ocurrido hace
unos días en Bangkok, la ciudad capital de Tailandia, es algo inédito, pero a
todas luces digno de mencionar; y aunque el hecho infortunadamente se ve
difícil que sea seguido, bien pudiera representar
un parte-aguas para los elementos de seguridad de todo el mundo.
Sin embargo,
antes de seguir con lo ocurrido, algo sobre la asombrosa Tailandia, el antiguo
reino de Siam, que también abarcaba Camboya y Laos, ahora sus vecinos al igual
que Malasia y Myanmar. Y aunque no tiene
frontera con China -de donde llegaron sus primeros pobladores- y con Vietnam,
éstos quedan a menos de 100 Kms. de distancia.
El rey, Phra
Chaoyuhua Bhumibol Adulyadej, nació el 5 de Diciembre de 1927 en Cambridge Massachusetts. Asumió el trono en 1946 -oficialmente en
1950- por lo tanto es el monarca vivo que lleva más años reinando. Más que Isabel de Inglaterra.
No se tolera la
falta de respeto hacia la familia real o su imagen, que aparece en todos los
cines antes de la función, donde se toca el himno nacional y todo el mundo se
pone de pié. Al igual que en los
parques, donde a las 18 horas también se toca el himno, y cualquier falta se
castiga con cárcel entre 3 y 15 años.
El día del
aniversario del monarca, la mayoría de la gente se viste con sus colores -antes
amarillo, ahora rosa- y se sienten orgullosos de ser el único país del sureste
asiático que no fue colonizado.
Es el primer
exportador de arroz del mundo, y ahí se filmó la famosa película “El
Rey y yo, filmada en 1956; protagonizada por Deborah Kerr y Yul Bryner,
y prohibida su exhibición en Tailandia debido a las libertadas a la hora
valorar a la sociedad del país, y por el poco parecido con el monarca.
Su sociedad es una de las más tolerantes
del mundo. Ahí se llevan a cabo los
concursos de Miss Universo transexual. Algunas
de las concursantes son cantantes o modelos famosas, y es conocida la habilidad
de sus cirujanos por las operaciones para cambiar de sexo.
Durante la Segunda gran conflagración,
después del ataque de los japoneses le declararon la guerra a la Gran Bretaña y
a los EUA. Al terminar ésta, el país se
convirtió en un aliado yanqui.
Regresando con el
tema; y como antecedente para entender el por qué de las protestas, cabe citar
que a la actual Primer Ministro de Tailandia, Yingluck Shinawatra, se le
considera una marioneta de su hermano, el ex Primer Ministro Thakskin
Shinawatra, a quien se le acusa de corrupción a gran escala, abuso de poder, y toda clase de tropelías.
El caso es que, convocados con el
fin de expresar su inconformidad y rechazo hacia el gobierno de los hermanos
Shinawatra, miles de manifestantes se apostaron frente a las oficinas
de la policía metropolitana de Bangkok.
Pero fueron
sorprendidos cuando los policías, que resguardaban el edificio, bajaron
sus armas y sus escudos, los pusieron en la calle, y se unieron a la gente en
un mismo reclamo: “justicia y mejores
condiciones de vida para el pueblo tailandés”.
El insólito hecho
conmovió a los ciudadanos, quienes les entregaron las flores que portaban en
señal de no violencia, y no fueron pocos los que conmovidos hasta las lágrimas,
los abrazaron y besaron -se besan resoplando por la nariz en la mejilla-.
No obstante, más allá de lo que resulte
el histórico antecedente, se trata de un hecho que inspira; y es de esperarse
que los policías de todo el mundo entiendan que también ellos son pueblo y que pueden
defender aquello en lo que creen. Que su
lealtad debe de ser con los ciudadanos, que son finalmente quienes les pagan, y
que un uniforme no los hace diferentes a sus conciudadanos.
Y ya que citamos a Tailandia, digno
es de mencionar, que no solo la política se ha prostituido -lo que es común en
todo el mundo- sino hasta los monjes
budistas, que sin ser una religión, sino una filosofía de vida, se supone que deben
practicar la humildad, el “enriquecimiento espiritual” -concepto ciertamente
poco claro- y la pobreza, al grado de pedir caridad para subsistir.
Pero al parecer, siguiendo el
ejemplo de los curas vaticanos, y de hecho contagiados por todos los demás que
se dicen “representantes de dioses”, ahora ellos también viajan en jets
privados con lujosos asientos de cuero, gafas oscuras de “marca” y bolsas con firmas
de diseñadores internacionales.
Hay un video en la red
con el título de “Monjes budistas viajan como estrellas de rock” que los muestra en todo su
“esplendor”, o mejor dicho, en toda su hipocresía; haciendo evidente que quien,
bajo cualquier pretexto manipula a los demás para tener “seguidores”, siempre
lo hace para sacar ventaja.
Lo que hace oportuno
mencionar el irrebatible axioma del Maestro
de Samos, Pitágoras (569? – 475?) “Quien sigue el camino de otro, nunca
encuentra el suyo”.
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