Como si
el protector amparo que el polaco Karol Józef Wojtyla, conocido como el papa
Juan Pablo II, le diera al pervertido fundador de los Legionarios de Cristo, el
tal Marcial Maciel; al grado de públicamente designarlo “ejemplo para las juventudes”
(¿?) no fuera ya ampliamente conocido y difundido por todo el mundo.
Haciendo
evidente que el tal Jorge Mario Bergoglio, conocido como el papa Francisco, es
igual a todos sus antecesores, y que sus intenciones de cambiar al podrido
Estado Vaticano, no es más que la demagogia que obedece a su desmedido afán de
protagonismo. Sin poder soslayar que él
no es quien manda, sino el nefasto clero -la burocracia vaticana- que ha
mangoneado desde siempre el pontificado -lo que tampoco es excusa-.
Quien
durante 22 años fuera vocero del Vaticano del 1984 al 2006, en
especial de Wojtyla, el español Joaquín Navarro-Valls, en conferencia de prensa
en la propia sala instalada en Roma, haya declarado ante los periodistas
congregados que Juan Pablo II estuvo informado de las demandas de pederastia en
contra de Maciel desde finales de los 90s.
Enfatizando que “El
primer paso para iniciar las investigaciones fue enviar a Charles Scicluna,
promotor de justicia de la Doctrina de la Fe, a hablar con todas las personas
involucradas; y que el Papa fue oportunamente informado de este proceso”.
Tan es
así, que durante su pontificado la Congregación para la Doctrina de la
Fe, fue cuando inició las investigaciones;
mismas que concluyeron durante el mandato del alemán Ratzinger, llamado
Benedictus XVI, determinando la culpabilidad del detestable sujeto; pero en vez
de entregarlo a las autoridades lo condenó a orar y a hacer penitencia (¿?)
Por lo
que el haberlo protegido es absolutamente injustificable e imperdonable. Como lo es también el que Francisco vaya a permitir
que lo canonicen. Pues nadie en sus
cinco sentidos sería capaz de elevar a la santidad a quien protegió a un sujeto
que abusó sexualmente de menores de edad; a menos, por supuesto, que sea igual
de degenerado.
El que Marcial
Maciel haya entregado millones y millones de pesos a las arcas vaticanas, de
por sí repletas de oro, no puede justificar semejante vileza; sobre todo si se
toma en cuenta el duro agravante de que varios de los menores que fueron
violados terminaron suicidándose. Y sin
poder soslayar que el pervertido individuo fue capaz de abusar sexualmente
hasta de sus propios hijos; lo que ya raya en lo infame.
El que
aún a pesar de todo lo sabido Francisco lo vaya a canonizar, es prácticamente
echarse la soga al cuello; ya que ni los más fanáticos pueden exculpar tan
aberrante decisión. Aunque de que los
hay, los hay.
De tal suerte a la Plaza de San
Pedro, en Roma, aparte de los 800 mil peregrinos que llegarán de todo el mundo,
también asistirán 61 delegaciones en representación de al menos 54 países, que
estarán integradas por 19 jefes de Estado y 24 primeros ministros, según
informó el Comité Nacional para el Orden y la Seguridad Pública de Italia.
Entre los que asistirán está el
primer ministro de Ucrania, el golpista Arseni Yatseniuk, a quien Francisco,
después de dialogar con él por 18 minutos, y sabiendo que sus rezos no sirven
para nada, le regaló una pluma para que firmara la paz.
¡Qué vergüenza para la humanidad
entera! Con razón nunca somos visitados
por gentes de otros mundos. Damos pena.
En
México, que fue donde Marcial Maciel llevó a cabo sus felonías, la canonización
coincidirá con el estreno en las salas comerciales de la película “Obediencia Perfecta”,
en la que se abordan los abusos sexuales de ese maldito cura y el encubrimiento
por parte de Wojtyla y los Legionarios de Cristo.
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