Diario Libertad

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Don Sata

miércoles, 23 de abril de 2014

Editorial



Las mujeres de ayer y hoy.

Esparta fue durante casi IX Siglos una potencia de primer orden.  Las Leyes de Licurgo (Siglo XVIII? antes de nuestra Era) considerado históricamente como “El más grande legislador de todos los tiempos”, establecían una clara diferencia entre el hombre y la mujer.  Contrario a la actualmente tan decantada igualdad de “género” -aclarando que los seres vivos, animales y plantas, no tenemos género, sino sexo-.  

Para las citadas Leyes la mujer era prácticamente el pilar principal de la sociedad; y la maternidad era considerada sagrada.  Por lo que todas, en medio de todo tipo de comodidades y atenciones, parían en un lugar llamado “Gineceo”.  

La única obligación de las madres era atender a sus hijos hasta los siete años de edad; fecha en que el Estado pasaba a encargarse de ellos.  La alimentación, la limpieza y la salud eran responsabilidad del Estado.

Los hombres se preparaban para la guerra y todos, durante toda su vida, tenían que dedicar la mitad de su tiempo al servicio del Estado y la otra mitad a sus asuntos particulares.  Todos comían lo mismo en comedores públicos; y si alguien engordaba era mal visto por la sociedad y ya no se le permitía el tener cargos públicos.

Eran un Pueblo extraordinariamente sano.  El valor de sus ciudadanos está ejemplificado en Leónidas (540 – 480) y sus 300 “inmortales”.  Y sus mujeres eran consideradas madres ejemplares y modelo de nodrizas en todo el mundo conocido; y además modelo de belleza.  Helena de Troya es el ejemplo. 

Digno de mencionar que con ese sistema de vida la corrupción no existía; y el adulterio tampoco.  ¡Vaya! eran tan impensables, que ni siquiera estaban penados.

La decadencia de los lacedemonios comenzó cuando permitieron que las costumbres de otros pueblos entraran a formar parte de su sociedad; sobre todo en lo referente a la alimentación, el vestido y la vida poltrona de lujos y extravagancias.

En el convulsionado mundo de hoy, a pesar de que los hombres y las mujeres no somos iguales -afortunadamente-, las féminas reclaman igualdad.  Pero afortunadamente hay excepciones donde las mujeres son tratadas de manera diferente.

Y todo esto se trae a cuento, porque Hasán Rohani, el presidente de la antigua Persia, hoy Irán, basado en el Corán, que establece que “El hombre no es el sexo más fuerte y la mujer el más débil. Las mujeres deben gozar de oportunidades iguales, una protección igual y derechos sociales iguales", declaró que su País no acepta la cultura de discriminación sexual; aunque admitió que la República Islámica todavía tiene un camino muy largo para garantizar la igualdad de género.

Totalmente contrario a lo que piensa y opina el máximo líder espiritual, el ayatolá Alí Jamenei, quien declaró que “La igualdad de género es uno de los mayores errores del pensamiento occidental, e insistió en que el trabajo para una mujer es una cosa secundaria y no debe entrar en conflicto con su oficio principal, la familia y el hogar”.

Y aunque cada cual es libre de pensar lo que quiera, tenemos el ejemplo de Islandia, donde la mujer puede trabajar en lo que quiera, además ganando lo mismo que ganaría un hombre que desempeñara el mismo trabajo; pero goza de muchos privilegios cuando está embarazada. 

A los tres meses de gestación, pues se protege la maternidad, la futura madre deja de trabajar y el Estado le continúa pagando su sueldo íntegro y con los aumentos salariales, hasta que su hijo cumple tres años.  Fecha en que ya puede regresar a ocupar el mismo trabajo con las mismas prestaciones y respetando su antigüedad.

Y si todavía no quiere regresar, se puede quedar con su hijo hasta que cumpla siete años de edad, solo que entonces se le paga el 80% de su salario.  El desempeño de las juventudes islandesas es digno de mencionarse y destacan a nivel internacional.  La deserción escolar prácticamente no existe.

Parece ser que el problema de la “sublevación” de las que luchan por la igualdad, es decir, las feministas -que prácticamente vienen a ser la contraparte de los detestables machistas- es que las leyes son dictadas por los hombres.

Y tenemos el patético ejemplo en España, donde el Ministro de Justicia, un tal Alberto Ruiz-Gallardón, ha abolido la Ley que permitía a las mujeres a interrumpir su embarazo; lo que ha traído como consecuencia el nacimiento de AbortionTravel.

Una agencia de viajes sin ánimo de lucro creada por CELEM, que nació con el fin de ayudar a aquellas mujeres que en caso de decidir libremente sobre la maternidad, pudieran interrumpir su embarazo en otros países de la Comunidad Europea donde sí está permitido. 

El caso es que por lo visto, unos países van hacia adelante y otros, gracias a las nefastas religiones, van en penosos retroceso.   

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