Editorial

Durante más de un Siglo, Bolivia intentó, ante la ha obsoleta y decadente OEA y el inútil elefante blanco pro sionista al que llaman ONU, llevar a cabo -obviamente sin resultado alguno- 14 negociaciones bilaterales.

Más otros varios intentos de convenios para tratar sobre los 120 mil kilómetros cuadrados de territorio, incluyendo 400 kilómetros de costas, que tuvo que ceder a Chile tras la llamada “Guerra del Pacífico” (1879 - 1884) también denominada “Guerra del Guano y Salitre”, que sostuvieron, Chile vs. Perú y Bolivia, y que dejaron a la nación andina sin su salida al mar.

El mapa indica cómo era la geografía antes de la guerra

y se ve claramente la salida que Bolivia tenía hacia el mar

y que ahora justamente reclama le sea regresada.  

Por lo que el presidente Evo Morales, tras anegarse una gestión de seis años de intentonas, estimó que -ante la insufrible arrogancia del millonario ex presidente Sebastián Piñera- el diálogo con Chile estaba agotado, y consideró oportuno recurrir al Tribunal Internacional de La Haya.

Desde el mes de Abril del año pasado, al anunciar que presentaría una demanda, declaró: "Después de tantos años de intentos de retornar al mar con soberanía, hemos decidido acudir a la Corte Internacional de Justicia para que se haga justicia con Bolivia".     

Señalando en forma reiterada que el tratado con Chile por el que Bolivia resignó su salida al mar tras la Guerra del Pacífico, fue firmado bajo amenaza de continuar el conflicto bélico.

Y aunque no se tiene muchas esperanzas de que La Haya se ocupe de este asunto con la celeridad que corresponde, toda vez que no pocos asuntos que ahí llegan tardan años en resolverse.  Si se puede pensar que, siendo Michelle Bachelet la presidente, la situación pueda cambiar.

Ya es tiempo que la tan decantada hermandad entre los pueblos iberoamericanos -de la que lamentablemente México se ha aislado para someterse humillantemente al yugo yanqui- vaya más allá de las palabras y se pueda concretar el sueño del inmenso “Libertador de las Américas” Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Ponte Palacios y Blanco, mejor conocido como Simón Bolívar (1783 - 1830)

También en América.  A pesar de que la pren$a capitalista ha hecho del deporte de perseguir una pelota, el “deporte del hombre” (¿?) como algunos exaltados cronistas deportivos le han dado en llamar al fútbol.

Como si se ignorara que los directivos nacionales e internacionales del citado espectáculo se han constituido en una verdadera mafia; y que los equipos son patrocinados por productos, como la cerveza y la comida chatarra, que nada tienen que ver con los deportistas.  Pero en fin.

En la otrora capital de Brazil, Sao Paulo, decenas de personas fueron detenidas y dos oficinas bancarias destruidas, tras las nuevas protestas registradas a principios de esta semana en contra de la realización del campeonato mundial de fútbol.

Y lo rechazan porque consideran que el dinero invertido para el torneo debería utilizarse para mejorar el sistema de salud.  Pero al parecer a las autoridades les parece mejor el publicitarse mundialmente como sede del evento, que atender las necesidades del Pueblo.

Y aunque esto no es privativo de Brazil, pues con honrosas excepciones, en casi todas partes los pobres y sus apremiantes necesidades -no solo de vivienda y servicios, sino hasta de alimento- son prácticamente ignorados.  

Pero todos presumen de ser regímenes democráticos; cuando una democracia de pobres es prácticamente de facto un contrasentido.