Diario Libertad

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Don Sata

viernes, 14 de marzo de 2014

Editorial

“Las democracia siempre terminan en violencia y anarquía” Polibio (200 - 118) tal vez el más grande historiador de todos los tiempos; o cuando menos el primero que escribió sobre la Historia Universal.

“La democracia es peor que las guerras o los tiranos”  Lucio Anneo Seneca (4 antes de nuestra Era - 65)  Filósofo romano nacido en Córdoba.  Preceptor de Claudio César Augusto Germánico, Nerón (37 - 68) 

Las citas de estos ilustres personajes se traen a cuento, porque en Australia, en el Consejo Legislativo del Estado de Victoria, fue aprobada una Ley ¡que prohíbe a los manifestantes protestar! 

Por lo que a partir de Septiembre la Policía tendrá autoridad para detener a los activistas que protesten; incluidos los que participan ¡en mítines pacíficos!  Y podrán ser sancionados con multas de hasta 750 dólares, o ser condenados a prisión por un máximo de 2 años.

Y por otro lado, el grupo de las siete economías más desarrolladas (G7) afirmó que el referéndum en Crimea sobre su posible anexión a Rusia no tendría ¡ningún efecto jurídico! y llamó a Moscú a desistir de cambiar el estatus de esa Península.

Lo paradójico del caso, es que  Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia y Japón (los G-7) no solo aprobaron, sino que apoyaron que Kosovo se independizara de Serbia.  Pero ahora estos mismos, incoherentes, junto a los líderes de la Unión Europea, se oponen a que la mayoría de los habitantes de Crimea elijan su destino.

Y no solo eso; sino que también apoyaron el derrocamiento del gobierno legítimo de Ucrania, pues Viktor Yanukovich, bueno o malo, había sido democráticamente electo y la forma de removerlo era decisión del Parlamento, no de levantamientos armados por los propios injerencistas; hecho que ya ha sido plenamente comprobado, no solo en Ucrania, sino también en Siria.

Además instaron al Presidente Putin, según un comunicado divulgado en Washington por la Casa Blanca, a "cesar todos los esfuerzos para cambiar el estatus de Crimea en contra de la ley ucraniana y en violación de la ley internacional”.  Es decir, a que no intervenga; cuando ellos abiertamente sí lo están haciendo.  Agregando que “un referéndum de esa naturaleza no tendría ningún efecto jurídico".

Y por si fuera poco, todavía amenazaron que "En el caso de que la federación Rusa continúe apoyando el referéndum y acepte que Crimea se anexe a la Federación, tomarán acciones adicionales, tanto individual, como colectivamente".

También le recordaron a Putin su decisión de suspender la intervención en cualquier actividad relacionada a la preparación de la reunión del G8 en Sochi, “hasta que haya un cambio de rumbo y el ambiente retorne a un punto en que el G8 sea capaz de mantener una discusión significativa".

Es extraño que con tantos servicios de inteligencia -espionaje- que tienen a su disposición los injerencistas, todavía no se hayan dado cuenta que están haciendo el ridículo; pues el Kremlin no va a ceder un ápice para modificar su posición, claramente democrática.

El problema es que habiendo sido derrotados en Siria, que es lo mismo que va a suceder en Ucrania, el peligro se cierne sobre Venezuela, donde están haciendo todo lo posible por derrocar al Gobierno de Maduro.

Cabe citar que en los últimos 14 años ha habido en Venezuela 19 elecciones, y solo en una ocasión ha perdido el partido actualmente en el poder.  Hecho que es altamente significativo para entender que no es el Pueblo el que está inconforme, sino las transnacionales y los oligarcas.

Pero como el petróleo de África y de Medio Oriente tarda 45 días en llegar a los EEUU, y el de Venezuela lo están descargando en 70 horas, el impresentable senador Republicano John McCain, midiendo la opinión pública, declaró “Tenemos que estar dispuestos a utilizar la fuerza militar para entrar en Venezuela e instaurar allí la paz”.

Una paz que debe de ser muy similar a la que, después de sus invasiones, se vive en Irak, en Afganistán o en Libia.

Solo que el citado Senador no ha tomado en cuenta es que las Autoridades venezolanas, específicamente el ministro de Energía Rafael Ramírez, ya está en contacto con su homólogo chino, y con Vladimir Putin.

Por nuestra parte, lo que estamos en contra de las invasiones y a favor de la autodeterminación de los pueblos, podemos apoyar llevando a cabo un boicot a todos los productos que vengan de los injerencistas; especialmente a la Coca-Cola, símbolo del imperialismo yanqui.

Pues si recapacitamos en que un litro del citado refresco es más caro que un litro de petróleo, es fácil entender que con un boicot se le puede hacer un enorme daño a su economía y doblegarlos para respetar la independencia de las naciones.

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