“Las democracia siempre
terminan en violencia y anarquía” Polibio (200 -
118) tal vez el más grande historiador de todos los
tiempos; o cuando menos el primero que escribió sobre la Historia Universal.
“La democracia es peor que
las guerras o los tiranos” Lucio Anneo Seneca (4 antes de nuestra Era -
65) Filósofo
romano nacido en Córdoba. Preceptor de Claudio César Augusto Germánico, Nerón (37 - 68)
Las citas de estos ilustres
personajes se traen a cuento, porque en Australia, en el Consejo Legislativo
del Estado de Victoria, fue aprobada una Ley ¡que prohíbe a los manifestantes
protestar!
Por lo que a partir de
Septiembre la Policía tendrá autoridad para detener a los activistas que
protesten; incluidos los que participan ¡en mítines pacíficos! Y podrán ser sancionados con multas de hasta
750 dólares, o ser condenados a prisión por un máximo de 2 años.
Y por otro lado, el grupo de las
siete economías más desarrolladas (G7) afirmó que el referéndum en Crimea sobre
su posible anexión a Rusia no tendría ¡ningún efecto jurídico! y llamó a Moscú
a desistir de cambiar el estatus de esa Península.
Lo paradójico del caso, es
que Alemania, Canadá, Estados Unidos,
Francia, Gran Bretaña, Italia y Japón (los G-7) no solo aprobaron, sino que
apoyaron que Kosovo se independizara de Serbia.
Pero ahora estos mismos, incoherentes, junto a los líderes de la Unión
Europea, se oponen a que la mayoría de los habitantes de Crimea elijan su
destino.
Y no solo eso; sino que también
apoyaron el derrocamiento del gobierno legítimo de Ucrania, pues Viktor
Yanukovich, bueno o malo, había sido democráticamente electo y la forma de
removerlo era decisión del Parlamento, no de levantamientos armados por los
propios injerencistas; hecho que ya ha sido plenamente comprobado, no solo en
Ucrania, sino también en Siria.
Además instaron al Presidente
Putin, según un comunicado divulgado en Washington por la Casa Blanca, a "cesar
todos los esfuerzos para cambiar el estatus de Crimea en contra de la ley
ucraniana y en violación de la ley internacional”. Es decir, a que no intervenga; cuando ellos
abiertamente sí lo están haciendo.
Agregando que “un referéndum de esa naturaleza no tendría
ningún efecto jurídico".
Y por si fuera poco, todavía
amenazaron que "En el caso de que la federación Rusa continúe apoyando el
referéndum y acepte que Crimea se anexe a la Federación, tomarán acciones
adicionales, tanto individual, como colectivamente".
También le recordaron a Putin su
decisión de suspender la intervención en cualquier actividad relacionada a la
preparación de la reunión del G8 en Sochi, “hasta que haya un cambio de rumbo y el
ambiente retorne a un punto en que el G8 sea capaz de mantener una discusión
significativa".
Es extraño que con tantos servicios de inteligencia -espionaje- que tienen
a su disposición los injerencistas, todavía no se hayan dado cuenta que están
haciendo el ridículo; pues el Kremlin no va a ceder un ápice para modificar su
posición, claramente democrática.
El problema es que habiendo sido derrotados en Siria, que es lo mismo que
va a suceder en Ucrania, el peligro se cierne sobre Venezuela, donde están
haciendo todo lo posible por derrocar al Gobierno de Maduro.
Cabe citar que en los últimos
14 años ha habido en Venezuela 19 elecciones, y solo en una ocasión
ha perdido el partido actualmente en el poder.
Hecho que es altamente significativo para entender que no es el Pueblo
el que está inconforme, sino las transnacionales y los oligarcas.
Pero como el
petróleo de África y de Medio Oriente tarda 45 días en llegar a los EEUU, y el
de Venezuela lo están descargando en 70 horas, el impresentable senador
Republicano John McCain, midiendo la opinión pública, declaró “Tenemos
que estar dispuestos a utilizar la fuerza militar para entrar en Venezuela e
instaurar allí la paz”.
Una paz que debe de ser muy similar a la
que, después de sus invasiones, se vive en Irak, en Afganistán o en Libia.
Solo que el
citado Senador no ha tomado en cuenta es que las Autoridades venezolanas,
específicamente el ministro de Energía Rafael Ramírez, ya está en contacto con
su homólogo chino, y con Vladimir Putin.
Por nuestra
parte, lo que estamos en contra de las invasiones y a favor de la
autodeterminación de los pueblos, podemos apoyar llevando a cabo un boicot a
todos los productos que vengan de los injerencistas; especialmente a la
Coca-Cola, símbolo del imperialismo yanqui.
Pues si recapacitamos
en que un litro del citado refresco es más caro que un litro de petróleo, es
fácil entender que con un boicot se le puede hacer un enorme daño a su economía
y doblegarlos para respetar la independencia de las naciones.
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