Editorial

Como resultado del diálogo que sostuvieron Sergei Aksyonov, Primer Ministro de Crimea, y el principal líder de los tártaros en la Península, Mustafá Dzhamilev, donde el primero le garantizó más espacios en el Parlamento; por lo que se adoptaron varias medidas destinadas a garantizar los derechos de sus representados, el segundo cambió radicalmente su anterior posición.

Pues si en un principio se había pronunciado en contra del referéndum de autodeterminación, después de la plática, saludó el desarrollo de los acontecimientos. 

Sin soslayar que su posición inicial era un poco incongruente, pues los tártaros, de origen mongol, como ya se había citado en este mismo espacio, están principalmente asentados en Tartaristán, que es una república autónoma de Rusia situada en el Distrito Federal del Volga. Su capital es la ciudad de Kazán.  Sin soslayar que también la plática telefónica con el Presidente ruso, Vladimir Putin, debe de haber influido en su decisión.

Cabe citar que muchos de sus seguidores que se oponían a la acción secesioncita, eran llegados de Siria, donde actuaban como mercenarios terroristas. 

Y aunque ya se suponía que el referéndum de hoy terminará con la adhesión de Crimea a la Federación Rusa  Referéndum que fue llevado a cabo posterior a la declaración de independencia de Ucrania, los Halcones sionistas la consideraron violatoria de la Constitución y contraria a los tratados internacionales -como si los pueblos no tuvieran el derecho de decidir su futuro-.

El caso es que la nueva posición de los tártaros -aproximadamente dos millones en toda Ucrania- no solo respalda el que Crimea se una a la Federación, sino que de paso le viene a complicar aún más las cosas al gobierno golpista de Kiev.

No obstante, todo indica que, como se había supuesto, que las amenazas -que aún continúan- solo fueron fuegos pirotécnicos, y finalmente Rusia derrotará una vez más al decadente Gobierno de Washington y su impresentable Presidente; y al ensayo sionista que es la UE.

Y prueba de ello es que el pasado 13 de Marzo, el injerencista Parlamento Europeo había adoptado una resolución sobre “la invasión de Ucrania por Rusia, reafirmando su respaldo a las autoridades golpistas de Kiev.  Mientras incoherentemente al mismo tiempo calificaba de ilegítimas a las autoridades de Crimea.

También consideró de difamación la “propaganda rusa” que calificaba de fascistas a los manifestantes de Kiev.  Denunciando como invasión y violación del derecho internacional la presencia por tropas rusas en Crimea.

Abundando, esa misma noche del 13 de Marzo, Estados Unidos presentó ante el Consejo de Seguridad de la ONU un proyecto de resolución en el que se declara que el referéndum de autodeterminación organizado en Crimea “no tiene validez”.  

Con esas palabras, retractándose -o corrigiendo, como se prefiera- que el referéndum de Crimea fuera violatorio del derecho internacional, y que la citada consulta transgrediera la Constitución ucraniana.

Tampoco hizo ya referencia de una agresión de Rusia a Occidente; ni de que el Ejército ruso había invadido a Crimea; sino solamente que el hecho violaba la Constitución ucraniana, cuando Washington ha reconocido en Ucrania un gobierno que llegó al poder violando esa misma Constitución.

A todo esto, el vergonzante multimillonario John Kerry, dijo desde Londres, que en seis horas de conversaciones presentó varias ideas a su colega ruso sobre cómo ¡respetar la soberanía de Ucrania! y tener en cuenta también las preocupaciones de Moscú; pero que el Ministro de asuntos exteriores ruso, Sergei Lavrov, dejó claro que Vladimir Putin no tomaría ninguna decisión hasta después de la consulta de hoy domingo.

Y ya en el máximo de la estulticia antidemocrática, el tal Kerry declaró que Estados Unidos y la comunidad internacional no reconocen la decisión del Congreso de Crimea sobre su independencia de Ucrania.

Pero pese a haber recibido 13 votos a favor de los 15 miembros del Consejo de Seguridad, el texto fue rechazado debido al veto de Moscú, que como miembro permanente puede bloquear cualquier tipo de posición adoptada.

En cuanto a las “duras” medidas que los Halcones tomarán en contra de Rusia, a pesar de lo declarado por la pro-yanqui canciller alemana, Ángela Merkel, de que el Kremlin ¡se arriesga! a consecuencias políticas y económicas "masivas" si se niega a flexibilizar su posición frente al nuevo gobierno en Kiev, habrá que ver quien sale perdiendo más.

Porque si de inmediato Rusia deja de surtirle gas a Alemania, el problema en que Merkel metería a sus ciudadanos podría resultarle muy caro.

“Corregir es de sabios” decía Kung Fu-Tse, o K’ung Fu-Tzu, más conocido como Confucio (551 - 479)  Pero por lo visto también lo es de los bocones.