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De
la que se escapó Crimea…
Mientras en nuestro
México -o lo que queda de él- el Ilegal deshoja la margarita para ver si
aprueba o rechaza los productos de la peligrosa Monsanto; en otro lado del
mundo, específicamente en Francia, ya se toman medidas…
Al haber comprobado su
toxicidad, denunciada desde hace meses por laboratorios especializados, quienes
informaron que según experimentos, los productos transgénicos propiciaban la
aparición de todo tipo de tumoraciones malignas, así como graves trastornos
hepáticos y cardiovasculares…
El ministerio francés de
Agricultura prohibió, por decreto, la comercialización, el uso y el cultivo de
maíz genéticamente modificado MON 810, producido por el oscuro grupo
estadunidense…
Estaba ya previsto que un
proyecto de ley que prohibiera el cultivo de maíz transgénico fuera debatido en
el parlamento francés el próximo 10 de abril; pero el ministerio de Agricultura
consideró que, esgrimiendo el "principio de precaución", había
"urgencia para establecer la prohibición, debido a la cercanía del inicio
del período de siembra"…
Agregando que "Según datos
científicos fiables y muy recientes investigaciones internacionales, el cultivo
de semillas de maíz MON 810 presenta
graves riesgos para el medio ambiente; así como un grave riesgo para la salud y
de propagación de organismos dañinos que se tornan resistentes". Lo que podría extenderse a todos los Estados
de la Unión Europea…
Que tienen, basados en el citado
antecedente francés, la posibilidad de prohibirlo en su todo su
territorio. Pero Francia quiere
modificar una propuesta de la Comisión Europea para ampliar y consolidar los
motivos por los que un Estado miembro puede negarse a cultivar un Organismo
Genéticamente Modificado, si lo autoriza Bruselas…
Lo
digno de mencionar, es la dependencia, o sometimiento que los que otrora fueran
Estados libres y soberanos, hoy tengan que pedir autorización a la Unión
Europea, hasta para asuntos relacionados con la salud de sus habitantes…
De la que es “escapó” Crimea.
Y nos vemos mañana, si el
Sol me presta vida.
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