Diario Libertad

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Don Sata

domingo, 2 de marzo de 2014

Editorial

Ya habíamos citado que lo que está sucediendo en Ucrania tiene una enorme similitud, por no decir que es una réplica, de lo que sucede en Siria; y que lamentablemente puede desembocar en la desestabilización total de la ex república soviética; con el agravante que Viktor Yanukovich ya salió de Kiev, y que a Bashar el-Assad no pudieron sacarlo de Damasco.
Sin descartar el hecho de que Rusia tiene fuertes relaciones energéticas con Siria, y que por eso apoyó al régimen alawita; pero Ucrania tiene profundas raíces con Rusia, además de ser frontera y una posición estratégica.
El fondo del asunto es que el ministro polaco de Relaciones Exteriores, Radek Sikorski, que nada tiene que hacer en Ucrania, fue fotografiado con los tres principales dirigentes de la oposición en Kiev. Polonia y Ucrania son frontera.


Y se considera que no tiene nada que hacer en Ucrania, es porque eso equivaldría a que el impresentable secretario de Estado, John Kerry, se entrevistara públicamente con los Ejércitos populares que se han levantado en contra del Gobierno de México. 
Que de contrabando les manden armas a los cárteles mexicanos para desestabilizar a la nación azteca, como es su costumbre hacerlo, y ya lo están haciendo, es una cosa; pero que públicamente los apoyaran, sería definitivamente una intromisión a la que la ONU debería de oponerse, como debería oponerse a que Polonia y de hecho toda la UE lo haga con su vecino Ucrania.
Pero la ONU es un traspatio de la oligarquía sionista -perdón por la redundancia- y prueba de ello es que los gobiernos de Israel y de los EEUU hacen lo que les viene en gana, sin que para nada les importen las “resoluciones” que en la ONU se tomen.
El caso es que así como el Gobierno de Turquía, con el impresentable sátrapa Recep Tayyip Erdogan de Primer Ministro, ha servido de enclave para que los terroristas mercenarios desde ahí se pertrecharan y organizaran para atacar a Siria.
Así el Gobierno de Polonia -que no los ciudadanos, que lo que no quieren son más conflictos; ya tuvieron bastante con la Segunda Gran Guerra- está sirviendo para que los sionistas, con el conocido pretexto de que defienden la democracia -cuando les conviene ¡claro! en Egipto la mayoría no es democracia- ataquen al legítimo Gobierno de Ucrania.
Y se dice “ataquen”, en presente, no en pasado, porque a pesar de que el Presidente Viktor Yanukovich, al igual que el Presidente de la Rada -el Parlamento- tuvieron de salir de su Patria, el asunto no está de ninguna forma terminado.  O dicho de otra manera, los golpistas no han ganado.
Y se trae a cuento , porque Donald Tusk, el Primer Ministro polaco, declaró el pasado 22 de Febrero que su país ya estaba garantizando los cuidados necesarios a los opositores heridos en Kiev, y que se había ordenado al ministerio del Interior y a las fuerzas armadas que reforzaran esa ayuda poniendo varios hospitales a la disposición.  Canadá ya les envió a los golpistas 200 mil dólares de “ayuda médica”.
Y con ese humanitario pretexto -tan escuchado en Siria- Polonia ya se ha introducido casi  500 kilómetros dentro del territorio ucraniano en las regiones fronterizas de Lvov y Volyn ¡para ayudar a los heridos! -nada más a los terroristas, muchos de ellos antes estaban en Siria-. 
Por cierto que Lvov ya ha intentado independizarse del gobierno de Kiev; así que la entrada de la ayuda “humanitaria” de Polonia no parece serlo tanto.
Pero hay más antecedentes: Durante más de 10 años, Estados Unidos ha estado infiltrando en Ucrania ONGs  entregándoles 5 000 millones de dólares para ayudar el País a instaurar instituciones democráticas (¿?) -como arriba se cita: ¡el mismo cuento de siempre!-.
No se debe soslayar que en Polonia y en Turquía existen también importantes instalaciones militares de los EEUU.  Una base en Incirlik, en el sur de Turquía, donde también hay un importante radar del sistema de defensa antimisiles posicionado en el Este.  Y en Polonia está la base aérea de Lask, cerca de Kaliningrado, un puesto avanzado de la defensa antimisiles en el noreste de su territorio.
Por lo que ignorar que los sionistas yanquis están detrás de las revueltas en Siria, lo que ya es muy claro, como también lo están en Ucrania -y asimismo en México- es querer tapar el Sol con un dedo. 
Abundando: El que los “rebeldes” que no son otra cosa que terroristas mercenarios, o sea, gente que mata por dinero, tanto en Siria como en Ucrania se han apostado en las fronteras de Turquía y Polonia, no es coincidencia, es estrategia.
En el caso de Siria, los yihadistas acostumbran secuestrar gente para utilizarlas como rehenes y finalmente canjearlas por dinero; y a perpetrar ejecuciones sumarias para culpar al Gobierno; que son las mismas tácticas que pronto veremos en Ucrania; como lo demuestra la captura de 60 policías en Kiev.
Tal vez ya es tiempo que todos los que ansiamos la paz, hagamos un boicot a todos los productos de los países injerencistas; pero especialmente a sus productos de consumo, como la Coca-Cola.
Pues si aceptamos que un litro del citado refresco es más caro que un litro de petróleo; y que el símbolo del imperialismo yanquis, la Coca-Cola, se consume por millones en todo el mundo -excepción hecha de Cuba y Korea del Norte- y que lo único que les interesa es seguir ganando dinero, con el boicot podemos hacerles más daño que con balas y misiles. 
Todo está en que nos decidamos a llevarlo a cabo; porque si de por sí, como país, los EEUU ya están financieramente quebrados, acabaríamos de darles el tiro de gracia.
De última hora.
A pesar de las “advertencias” de Obama y de la OTAN para que Rusia no “agravara” aún más las cosas y se “abstuviera” de tomar medidas en Ucrania.  El Consejo de la Federación -senado- aprobó el empleo de las fuerzas armadas rusas en el territorio de Ucrania, “hasta que se normalice la situación política en este país", tal como lo había solicitado el Presidente Vladimir Putin.
La solicitud de Putin se refirió al "territorio de Ucrania", no específicamente a Crimea, lo que deja entrever que Moscú pueda usar la fuerza militar en otras provincias de habla rusa en el Este y el Sur de Ucrania, donde muchos se oponen a las nuevas autoridades de Kiev.
E hizo la solicitud para proteger a los rusos étnicos y al personal de la base militar rusa en Crimea, estratégica posición en la que está fondeada la importante base naval rusa.
Previamente en la Península, el líder de la región, favorable a Rusia, afirmó que tiene el control de las fuerzas de seguridad locales y solicitó asistencia a Putin para mantener la paz en la zona, lo que acrecentó las diferencias.
Y el Primer Ministro de Crimea, Sergei Aksenov, declaró que las fuerzas armadas, la policía, el servicio de seguridad nacional y los guardias fronterizos responderán únicamente a sus órdenes.
A todo esto, el gobierno golpista acusó a Moscú de llevar a cabo una "invasión y ocupación militar".  Afirmación que llevó la crisis a una dimensión nueva y sin duda alarmante.
Por su parte, el primer ministro de Ucrania, Arsen Yatsenyuk, comenzó una reunión de gabinete en Kiev, con un llamado a que Rusia no atice los desacuerdos en Crimea.  "Llamamos al gobierno y las autoridades en Rusia a retirar sus tropas y regresarlas a sus bases", dijo Yatsenyuk, según lo citó la agencia noticiosa Interfax. "Socios rusos, dejen de provocar resistencia civil y militar en Ucrania".
Algunos analistas piensan que el asunto podrá terminar con la división de Ucrania; y que Rusia se quedará con la península de Crimea; pero ni pensarlo. Putin de ninguna manera aceptará tener al enemigo en su frontera; eso solo parece que el Gobierno de México lo acepta; y además de buen grado.

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