Editorial

Aunque la OTAN ha declarado oficialmente no tener intenciones de intervenir en Crimea, sobre todo porque, aunque eso no se dice abiertamente, la Gran Bretaña no puede actuar, toda vez que, debido a la delicada situación económica por la que atraviesan, que ha obligado a disminuir la ayuda social, haciendo que la indigencia se incremente de manera alarmante, su Parlamento se ha opuesto a cualquier otra aventura bélica.

El politólogo ruso Alexander Duguin, afirmó que Greystone Limited, filial de Academi (ex Blackwater) que es una agencia de asesinos a sueldo, hoy llamados mercenarios, está enviando a sus elementos a Ucrania.

Y que están llegando en grupos al aeropuerto de Kiev como simples civiles, pero con pesados equipajes; y de ahí son enviados de inmediato a Odesa, en el sur de Ucrania.

A todo esto, como era de esperarse, las “sanciones” impuestas a Rusia que fueron anunciadas por Obama, como la suspensión de toda cooperación militar, además de reuniones bilaterales, las conversaciones de comercio e inversiones, las visitas a puertos y las conferencias programadas, como la cumbre del Grupo de los Ocho (G8) proyectada para celebrarse el próximo mes de junio en la hoy conocida Sochi.

Y cuyos preparativos fueron ya abandonados por el resto de las naciones que lo conforman, tuvo una lacónica respuesta por parte del líder ruso: “Rusia sigue preparándose para la Cumbre; y si los miembros del G-8 no piensan venir; no hacen falta”.

Reconociendo a los golpistas, el secretario de Estado estadunidense, John Kerry, con el Presidente Oleksandr Turchynov y el  Primer Ministro Arseniy Yatsenyuk, de Ucrania, a quienes visitó en Kiev para manifestarles su respaldo. Foto Reuters

Mientas tanto el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, anunciaron que enviarán a su gente a Kiev para analizar detenidamente si pueden prestar la ayuda que le ha solicitado el Gobierno golpista.

No así los EEUU, que no tienen dinero para solventar sus propias carencias, pero han ofrecido una ayuda de mil millones de dólares para subsidios energéticos.

Cabe citar que están circulando videos en los que se ven a soldados ucranianos haciendo frente, apuntando con sus armas y disparando al aire a un contingente de soldados rusos, que desarmados y cantando, después de platicar con ellos, no detuvieron su marcha para ocupar la Península en disputa.

No obstante, a pesar de que el video muestra claramente lo arriba descrito, la información de los mismos dice todo lo contrario, que los rusos estaban armados y dispararon a los soldados ucranianos; aunque también cita que fueron disparos al aire y que nadie salió herido.

El asunto, a pesar de que Ucrania se prepara para la guerra llamando a sus reservistas -para los que no tiene ni armas ni uniformes; aunque ese no es el problema los interesados en las guerras se los pueden facilitar; como han hecho en México, donde han armado a miles de autodefensas- lo más probable es que no se vaya a desatar una confrontación bélica.

Pero puede terminar con la creación de una nueva moneda como parámetro mundial, creada por las BRICS -Brazil, Rusia, India, China y Sudáfrica- que sustituya al decadente dólar norteamericano. 

Lo que sería estupendo, aunque ciertamente ocasionaría un caos financiero en muchas partes del mundo que apoyan sus estados cambiarios en la moneda yanqui.

Pero no se descarta que pueda suceder cualquier otra cosa; sobre todo cuando atrás de todo esto está el sionismo, hoy representado por el desequilibrado mental de Benjamín Netanyahu y su mesiánica posición de desatar una guerra.