Conscientes de lo que
habría pasado en Crimea si sus habitantes hubieran escuchado “El
Canto de las Sirenas” y votado por anexarse al proyecto sionista de la
más que quebrada Unión Europea.
Y como claro ejemplo de
lo que les hubiera pasado, está la protesta de los militares portugueses, que vestidos
de civiles salieron a las calles de Lisboa para protestar por las asfixiantes
medidas económicas tomadas por imposición de los organismos financieros
internacionales (FMI y BM)
Manifestación posterior a la
que, por la misma causa, llevaron a cabo una semana antes los policías. El caso es que varios miles de militares
protestaron contra los nuevos recortes salariales previstos en el presupuesto
de este año; denunciando "la humillación" ante las tentativas de
"desmantelamiento de las fuerzas armadas".
Según declararon, miles de
militares no logran mantener a sus familias.
“Cada vez somos más los que no podemos pagar el alquiler, financiar la
educación de nuestros hijos o pagar los préstamos", comentó el
coronel Manuel Pereira Cracel, Presidente de Asociación de oficiales de las
fuerzas armadas (AOFA) quien tras 40 años de servicio, su salario de mil 800
euros netos, ha sufrido un recorte de 700 euros desde 2010, debido al programa
de austeridad de Portugal.
El caso es que, como
se daba por hecho, el 93 % de los participantes en el referéndum del día de
ayer, votó a favor de la adhesión de Crimea a Rusia. Y Vladimir Putin no podrá darles la espalda.
A pesar de las
sanciones económicas y políticas que Occidente dijo que aplicaría si el Kremlin
reconocía la independencia de Crimea y aceptaba su anexión a la Federación
Rusa.
Pero como todo se
resume en el dinero; y ni los EEUU ni sus aliados sionistas europeos lo
tienen. Como se hace evidente con las declaraciones
del impresentable demagogo François Hollande, quien había declarado que “Si no hay "desescalada" en Crimea
habrá sanciones de UE contra Rusia”.
Pero cuando la prensa le preguntó al disque socialista sobre la posible suspensión de la venta de buques militares
franceses de tipo Mistral a Rusia, éste respondió que “esas sanciones vinculadas a la
cooperación militar pertenecen al tercer nivel de sanciones; y estamos en el
primer nivel".
Y lo mismo tendrá que tragarse sus “amenazas” la canciller alemana Ángela
Merkel; y hasta el Primer Ministro británico David Cameron; pues en mucho todos
ellos dependen del gas ruso.
Y no es que no pudieran abastecerse por otro lado, lo que pasa es que si
el Kremlin decide tomar represalias y les cancela el suministro -o les sube de
precio- los metería en muy serios problemas.
Pero el asunto no va a quedar solo en Crimea, pues ya hay otros Estados
como Donetsk, en Ucrania Oriental, que piden su independencia y su anexión a
Rusia.
Cabe citar que las enormes reservas de gas de Ucrania se encuentran en
las zonas ruso-parlantes; al igual que las mejores tierras, que la han hecho la
tercera potencia mundial en producción de granos.
Y si a eso sumamos la estratégica posición del puerto de Sebastopol en
Crimea, donde se encuentra fondeada la poderosa flota rusa y por donde salen
los granos que van a dar a Europa y hasta los EEUU; más las dos bases aéreas
que el Kremlin tiene, solo los ilusos y los villamelones de la política
internacional podían pensar que Rusia se retiraría, como hace décadas lo hizo
de Cuba.
¿Habrá guerra? No se contempla más
que como una remota posibilidad. A pesar
de que atrás de todo esto se encuentra el sionismo y el desequilibrado mental
de Netanyahu, capaz de cualquier barbaridad.
Pero “Poderoso caballero es don Dinero”; y aunque este lo tienen las
transnacionales, que siempre son las que salen beneficiadas con las guerras, no
lo tienen los Estados; y echarle dinero bueno al malo, no es una decisión
sabia.
Para terminar. Mientras la prensa china se ha volcado en favor del presidente Putin, lo que
entre líneas quiere decir mucho, el gobierno de Pekín ha optado por la
prudencia.
Sin embargo, Shi
Mingde, el embajador chino en Alemania, advirtió a Occidente “no
castigar a Rusia”, ya que “tales medidas podrían desembocar en una
reacción en cadena peligrosa que dificultaría su control”.
Y agregó: “las
sanciones pueden llevar a represalias, y esto desencadenaría una espiral con
consecuencias imprevisibles; no queremos eso”.
Falta lo que diga la India; pero formando parte
de las BRICS, se sobreentiende que estará del lado de Rusia. ¿Choque de trenes; o más bien choque de un
tren contra un tranvía?
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